Camino del Calvario. 15012. Juan de Flandes
Óleo sobre tabla.
Retablo Mayor de la Catedral de Palencia
Le contestó Jesús: «Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.»
Leemos en la liturgia de este segundo martes de Pascua un fragmento del diálogo entre Nicodemo y Jesús. Contemplar al Hijo del Hombre crucificado se convierte, para los creyentes, en acceso a la vida eterna. Por eso, hemos vuelto a escoger una nueva tabla del Retablo mayor de la catedral Palentina, en la que Juan de Flandes nos presenta al Señor, cargando con la cruz, hacia el Calvario. Un soldado arrastra al Señor con una cuerda, y el Cirineo le ayude, por detrás, a llevar la Cruz. La Verónica, arrodillada, muestra el paño en el que quedará grabada la imagen del Señor. Un soldado, al fondo, lleva la lanza, que en la tabla de la Crucifixión expuesta en el Prado, que se pintó para este retablo, también aparece.
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