El buen Pastor. 1520. Frei Carlos
Óleo sobre tabla. Medidas: 90 cm x 65 cm.
Museo Nacional de Arte Antiguo. Lisboa.
Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido."
La parábola del Buen Pastor ha dado origen, desde la más temprana hora del Cristianismo, a una fecunda iconografía, en la que aparece Cristo como el buen pastor que rescata a la oveja perdida. Nosotros hemos escogido para la contemplación de esta escena una tabla del renacimiento portugués, perteneciente al pintor Fray Carlos, nombre de un monje jerónimo del Monasterio de Espiñeiro.
Cristo aparece sobre el fondo adamasquinado de un dosel, en el vano de una galería que se abre al exterior mediante una arquería de arquitectura clásica. Lleva una túnica y capa de color pardo, tal vez evocando el color del hábito de los monjes jerónimos. En sus brazos porta un cordero en actitud de tranquilidad.
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