El Juicio Final. XIII. Anónimo
Piedra tallada
Catedral de Bourges. Francia
«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»
El Evangelio de este día nos habla del momento final: la llegada del Reino de Dios y el retorno glorioso del Señor. Por eso, contemplamos la magnífica fachada occidental de la Catedral de Bourges. Esta representación, aunque de estilo gótico, sigue los cánones establecidos en la época románica. La escena se presenta dividida en secciones horizontales. En el eje superior, aparece Cristo en Majestad, con los brazos extendidos, y dos ángeles que sostienen el sol y la luna: es el Señor de la entera creación, de la luz y de las tinieblas. A su derecha es izquierda, en su mismo nivel, cuatro ángeles muestran los instrumentos sagrados de la Pasión. Y, de rodillas, en el extremo de dicha banda, María y san Juan interceden por toda la humanidad.
En el centro de la banda central, está san Miguel, de pie, con una báscula para pesar las almas. A la derecha se representan, según la imagen del Evangelio, a los redimidos, que están vestidos entre vegetación y ángeles músicos. En el extremo de la derecha, bajo una arcada, aparece Abraham, en cuyo seno están las almas benditas. Pero, a la izquierda, se representan a los condenados, que están desnudos, y son empujados por los demonios hacia una caldera, cuyo fuego alimentan y avivan con fuelles. En el extremo de la izquierda, dicho recipiente puesto encima del fuego contiene las almas de quienes son destinados al tormento.
En la banda inferior, se representa la resurrección de los muertos, en el día del Juicio. Todos están desnudos, y van saliendo de sus tumbas para comparecer ante el Juez. De esta forma, vemos como los cuatro elementos clásicos de la escatología cristiana quedan representados: muerte, juicio, infierno y gloria.
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