domingo, 14 de abril de 2013

Encargo de Cristo a Pedro


Encargo de Cristo a Pedro. 1515. Obra de Rafael.
Tempera sobre papel. 3mx4,5m 
 Museo Victoria y Alberto, Londres. Inglaterra

Es extraño cómo, en la narración del evangelio del III domingo de Pascua (Jn 21, 1-19) vemos reaccionar a los discípulos hoy. Como si nunca hubieran visto o vivido la historia de Jesús junto a él, su predicación, sus milagros, su comunidad, su sufrimiento y su muerte. Todo parece haber pasado. Tal vez incluso lo consideran como tiempo perdido. Ellos han vuelto a sus actividades diarias. Ellos han vuelto a su antigua ocupación: Pescadores en el mar de Galilea, el viejo grupo de trabajo, dirigido por Pedro, se reactiva. Ellos han vuelto a su antigua ocupación, algo perdidos y sin saber que hacer con sus vivencias junto al Maestro.

Con Jesús probablemente querían o esperaban algo más. Ellos pensaron que era un ganador, un heroe y triunfaron. Pero él había, en términos pescadores, naufragado. Su estrella pereció miserablemente en la cruz. ¡Olvídalo! pueden pensar estos. Es quizás así ¿cómo se deben haber sentido los discípulos?

Desde aquella mañana de Pascua en que algunos corrieron al sepulcro, hasta hoy una niebla mental ha rodeado de los discípulos. No tenían una visión clara cuando Jesús apareció de pronto en la orilla: Ellos no lo reconocieron. Él era bastante insignificante, discreto. No aparece como un superhéroe, sino como un hombre vencido, con las heridas de la crucifixión en su cuerpo. Pero ¡viviente! Ha sobrevivido a su propia muerte. No viene con corona y cetro, sino con la simple señal del pez y el pan. Detrás de Él se esconde  la vida y de la gloria. Tal vez las palabras de Jesús, no las han olvidado del todo: "Yo soy el pan de vida. Si uno come de este pan no morirá ". Quizás el símbolo mas antiguo cristiano era el signo del pez ya que en su significado,  "Ichthys", en estas cinco letras, está la palabra griega para pez, y a su vez, como una abreviatura de importante significado: Jesús - Cristo - de Dios - Hijo - Salvador.


Sin Jesús, todo parece ser en vano. Regresaron a las antiguas aguas. Durante toda la noche no pescaron nada. Sus redes estan vacías. Tienes que admitir su vergüenza. Entonces atienden el buen consejo, deben bajar las redes en el lado derecho. No se trata de unos pocos metros a la derecha. Se trata del lado derecho, metaforicamente, de la actitud adecuada, la confianza en la palabra de Jesús. Se trata de, la fe que podría mover montañas. Se trata de la relación personal con Él. ¿quien eres tú que dices esto y porque tú lo dices?

Juan, el discípulo que tuvo la relación más íntima con Jesús, lo reconoce el primero. Es el amor que puede mirar más profundamente y reconocer con precisión en cualquiera otra realidad otra cosa. Y Pedro corre, salta, es el primero,  que quiere estar con Jesús. Él va a él a través del agua. Pedro demuestra una vez más y por enésima vez que es un hombre de acción a pesar de su renuncia días antes. Los demás están haciendo lo mismo y quieren seguir a Pedro, han reconocido al Maestro, pero...

Y sin embargo, sigue existiendo una gran timidez ante el extraño encuentro. Ellos saben que está ahí, pero no estan seguros. Tal vez el hechizo sólo se rompe cuando Jesús los invita a comer algo. Y él no les da ningún otro alimento que el propio pan y los peces. Ichthys, Comunión.

Entonces Pedro es puesto una vez más a la prueba. ¿Me quieres? - Apacienta mis corderos. Sé el pastor de la Iglesia. Cada posición en la Iglesia también  supone como condición que se percibe con y para el amor, con el amor a Dios y a Jesús, y con amor por y para el pueblo. Y cuando Jesús dice al final: ¡Sígueme! entonces esta es la última consecuencia. ¿Quién toma la tarea de Jesús, debe emularlo y seguirlo, - si se da el caso - incluso en el sufrimiento, y desde luego en la alegría y la salvación. Por lo tanto: ya no debemos andar en antiguas ocupaciones él nos ha dicho ¡Sígueme!


En 1519 las paredes laterales fueron cubiertas con una serie de tapices, cuyos originales fueron diseñados por Rafael, representando episodios de la Vida de San Pedro y la Vida de San Pablo tal y como las describen los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles. Los cartones o bocetos preparatorios para siete de los diez tapices son conocidos como Cartones de Rafael y se conservan en el Museo de Victoria y Alberto de Londres.14 Los tapices de Rafael fueron expoliados durante el Saco de Roma de 1527 y quemados por el metal precioso que contenían o distribuidos por toda Europa. A finales del siglo XX se reunió una colección y fueron usados de nuevo en la Capilla Sixtina en 1983.

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