Salvator mundi. 1475-1499. Taller de Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 27 cm x 20 cm.
Museo Metropolitano de Nueva York
No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Si Israel recibió por medio de Moisés la Ley, fue su mismo autor, Dios en la persona del hijo encarnado en nuestro Señor Jesucristo, quien vino a llevarla a su plenitud con el poder de su divinidad.
Esta divinidad del Señor manifestada en su humanidad es lo que nos intenta transmitir la iconografía del Salvator Mundi, el Salvador del mundo. Contemplamos una tabla procedente del taller de Hans Memling, en la que aparece Cristo con un signo regio (la esfera del mundo), coronada por su cruz, y con la mano derecha bendiciendo.
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