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jueves, 5 de mayo de 2016

Hans Memling. Tríptico de la Resurrección

Tríptico de la Resurrección. 1490. Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 62cm x 45cm.
Museo del Louvre. Paris

La Resurrección y la Ascensión del Señor son misterios que se relacionan mutuamente: el resucitado es exaltado a la diestra de Dios, es decir, tras la Resurrección, el Hijo abandona físicamente a sus discípulos y vuelve junto al Padre. La relación entre ambos misterios aparece nítida en el tríptico de Memling, que hoy contemplamos. En el centro, aparece la Resurrección del Señor y, a la derecha, la escena en la que los discípulos, junto a María, contemplan al Señor desaparecer entre las nubes del cielo. El tríptico se cierra con una imagen del martirio de san Sebastián.

La composición de la Ascensión es semejante a la que ayer vimos, de Juan de Flandes: los discípulos forman un círculo, cuyo centro son los pies del ya casi ascendido Señor. La actitud es de reverencia y alegría.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Taller de Hans Memling. Salvator Mundi

Salvator mundi. 1475-1499. Taller de Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 27 cm x 20 cm.
Museo Metropolitano de Nueva York

No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

Si Israel recibió por medio de Moisés la Ley, fue su mismo autor, Dios en la persona del hijo encarnado en nuestro Señor Jesucristo, quien vino a llevarla a su plenitud con el poder de su divinidad.

Esta divinidad del Señor manifestada en su humanidad es lo que nos intenta transmitir la iconografía del Salvator Mundi, el Salvador del mundo. Contemplamos una tabla procedente del taller de Hans Memling, en la que aparece Cristo con un signo regio (la esfera del mundo), coronada por su cruz, y con la mano derecha bendiciendo.

viernes, 9 de enero de 2015

Memling. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1478. Hans Memling
Óleoa sobre tabla. Medidas: 38 cm x 28 cm.
Museo Norton Simon. Pasadena. California

Seguimos considerando en la Eucaristía textos que nos manifiestan la divinidad de Jesús. En el día de hoy, se trata del Señor, caminando sobre las aguas del lago de Galilea, después de haber multiplicado los panes y los peces.

Por eso, queremos hoy contemplar la imagen del Señor, como divina fuente de toda bendición, en la versión de un genial pintor flamenco: Hans Memling. Aparece de forma frontal, como un icono bizantino, con la mano derecha en actitud de bendecir, juntando los tres dedos en señal de la Trinidad.


sábado, 15 de noviembre de 2014

Memling. El Juicio Final

El Juicio final. 1466-1473. Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 242 cm x 180 cm.
Museo Nacional de Gdánsk. Polonia

Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

A medida que avanzamos hacia el final del año litúrgico, la liturgia nos invita a considerar nuestro destino final, que la escatología cristiana ha denominado Juicio Final. Por eso, traemos hoy a nuestra contemplación una magnífica tabla de Memmling, cuya historia es, ciertamente, accidentada. La obra fue contratada para el altar de una iglesia en Florencia. Cuando el autor la concluyó, contrató su transporte desde Brujas hasta Florencia en un barco que, finalmente, fue asaltado por los piratas cerca de Londres. El pirata se llevó esta magnífica obra a su ciudad de Dantzing, de donde fue robada por las tropas napoleónicas a comienzos del siglo XIX, siendo llevada y expuesta en el Museo del Louvre. A su vez, las tropas alemanas que invadieron Francia durante la Segunda Guerra Mundial la robaron siendo, a su vez, sustraída por el Ejército Rojo, quienes la llevaron al Ermitage de San Petersburgo. Finalmente, terminó siendo devuelta a su museo original de Gdansk.

La obra es típica de Memling en lo abigarrado de las escenas y detalles. La tabla central describe el Juicio Final, con la resurrección de los muertos en la parte inferior. La tabla de la derecha describe la Gloria, y la de la izquierda el Infierno.

viernes, 30 de mayo de 2014

Hans Memling. Tríptico de la Resurrección

Tríptico de la Resurrección. 1490. Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 62cm x 45cm.
Museo del Louvre. Paris

La Resurrección y la Ascensión del Señor son misterios que se relacionan mutuamente: el resucitado es exaltado a la diestra de Dios, es decir, tras la Resurrección, el Hijo abandona físicamente a sus discípulos y vuelve junto al Padre. La relación entre ambos misterios aparece nítida en el tríptico de Memling, que hoy contemplamos. En el centro, aparece la Resurrección del Señor y, a la derecha, la escena en la que los discípulos, junto a María, contemplan al Señor desaparecer entre las nubes del cielo. El tríptico se cierra con una imagen del martirio de san Sebastián.

La composición de la Ascensión es semejante a la que ayer vimos, de Juan de Flandes: los discípulos forman un círculo, cuyo centro son los pies del ya casi ascendido Señor. La actitud es de reverencia y alegría.