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lunes, 26 de diciembre de 2016

Hans Memling. San Esteban

San Esteban. 1480. Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 48cm x 17cm.
Museo de Arte de Cincinnati (Estaods Unidos)

Una venerable tradición litúrgica rodea la fiesta del nacimiento del Señor con la veneración de tres santos, el primero de los cuales es san Esteban. Junto al Señor recién nacido, concurre el primer mártir que dio testimonio, con su propia sangre, del Salvador.

Contemplamos una tabla de Hans Memmling, en la que aparece retratado con las vestiduras litúrgicas de los diáconos, es decir, la dalmática sobre el alba blanca. Lleva en la mano una piedra, que simboliza su martirio. Al fondo se divisa una ciudad, pintadas con la típica minuciosidad del artista flamenco.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Hans Memling. San Esteban

San Esteban. 1480. Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 48cm x 17cm.
Museo de Arte de Cincinnati (Estaods Unidos)

Una venerable tradición litúrgica rodea la fiesta del nacimiento del Señor con la veneración de tres santos, el primero de los cuales es san Esteban. Junto al Señor recién nacido, concurre el primer mártir que dio testimonio, con su propia sangre, del Salvador.

Contemplamos una tabla de Hans Memmling, en la que aparece retratado con las vestiduras litúrgicas de los diáconos, es decir, la dalmática sobre el alba blanca. Lleva en la mano una piedra, que simboliza su martirio. Al fondo se divisa una ciudad, pintadas con la típica minuciosidad del artista flamenco.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Hans Memling. Cristo Pantocrátor.

Cristo Pantocrátor. 1485. Hans Memling
Óleo sobre tabla
Museo de Bellas Artes de Estrasburgo

Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Leemos en la Eucaristía de hoy este texto del Libro de Daniel. En un lenguaje apocalíptico, se describe el triunfo de Dios, junto al que aparece la borrosa figura del Hijo del Hombre, que será de importancia vital para el lenguaje y expresiones de Jesús. Sin duda alguna, encontramos un claro antecedente de las descripciones del Apocalipsis, que darán pie a la iconografía del Pantocrátor. Por eso, hemos seleccionado la tabla central del Políptico de de las Vanidades Terrenas y la Redención celestial, de Hans Memmling, en la que aparece Cristo sentado en un trono, revestido con los atributos reales, y rodeado por ángeles músicos.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Taller de Hans Memling. Salvator Mundi

Salvator mundi. 1475-1499. Taller de Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 27 cm x 20 cm.
Museo Metropolitano de Nueva York

No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.

Si Israel recibió por medio de Moisés la Ley, fue su mismo autor, Dios en la persona del hijo encarnado en nuestro Señor Jesucristo, quien vino a llevarla a su plenitud con el poder de su divinidad.

Esta divinidad del Señor manifestada en su humanidad es lo que nos intenta transmitir la iconografía del Salvator Mundi, el Salvador del mundo. Contemplamos una tabla procedente del taller de Hans Memling, en la que aparece Cristo con un signo regio (la esfera del mundo), coronada por su cruz, y con la mano derecha bendiciendo.

martes, 3 de febrero de 2015

Hans Memling. San Blas

San Blas, 1491. Hans Memling
Óleo sobre tabla, Medidas: 205 x 75 cm
Museo de la Iglesia de Santa Ana. Lübeck

Celebramos hoy la memoria de san Blas, un santo del que no conocemos muchos datos con certeza pero cuya veneración está ampliamente extendida, como lo prueba la bendición que con dos velas se hace contra los males de garganta. Quizás puede ser asumido que San Blas fue obispo y que sufrió el martirio al comienzo del siglo cuarto. Todas las particularidades sobre su vida y martirio que se encuentran en las Actas son puramente legendarias y no tienen valor histórico. Hay además varias recensiones del texto de las Actas. De acuerdo con la leyenda, Blas era médico en Sebaste antes de que subiera a la sede episcopal. Durante la persecución de Licinius fue hecho prisionero por orden del gobernador, Agricolaus. Los enviados por el gobernador para detenerlo lo encontraron en el campo, en una cueva a la que se había retirado, y mientras estaba en prisión realizó la maravillosa curación de un muchacho que tenía una espina en la garganta y estaba en peligro de muerte. Después de sufrir varias formas de tortura San Blas fue degollado; las Actas relatan también el martirio de siete mujeres.

La veneración al santo oriental fue traída pronto a Europa, como muestran los relatos de los martirologios históricos del siglo diecinueve, y la recensión en latín de la leyenda de San Blas; de esta forma Blas llegó a ser uno de los santos más populares de la Edad Media. Actualmente la razón de esa inusual veneración no ha sido aclarada todavía. Lo más probable es que un motivo fuese que, según la leyenda, fue médico y se le atribuyeron curaciones maravillosas; por ello los fieles buscaron su ayuda e intercesión cuando estaban enfermos. Se le dedicaron iglesias y altares sin número y muchas localidades (Taranto, Ragusa, la Abadía de San Blas en el Bosque Negro, etc.) decían tener algunas de sus reliquias. Fue también uno de los catorce Santos Mártires.

La tabla que contemplamos pertenece al Tríptico de la Crucifixión, que fue pintado por Hans Memling para la Catedral de Lübeck. La tabla centra tiene como tema la Crucifixión, y las dos laterales están dedicadas a san Blas y a san Egidio.

viernes, 9 de enero de 2015

Memling. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1478. Hans Memling
Óleoa sobre tabla. Medidas: 38 cm x 28 cm.
Museo Norton Simon. Pasadena. California

Seguimos considerando en la Eucaristía textos que nos manifiestan la divinidad de Jesús. En el día de hoy, se trata del Señor, caminando sobre las aguas del lago de Galilea, después de haber multiplicado los panes y los peces.

Por eso, queremos hoy contemplar la imagen del Señor, como divina fuente de toda bendición, en la versión de un genial pintor flamenco: Hans Memling. Aparece de forma frontal, como un icono bizantino, con la mano derecha en actitud de bendecir, juntando los tres dedos en señal de la Trinidad.


viernes, 26 de diciembre de 2014

Hans Memling. San Esteban

San Esteban. 1480. Hans Memling
Óleo sobre tabla. Medidas: 48cm x 17cm.
Museo de Arte de Cincinnati (Estaods Unidos)

Una venerable tradición litúrgica rodea la fiesta del nacimiento del Señor con la veneración de tres santos, el primero de los cuales es san Esteban. Junto al Señor recién nacido, concurre el primer mártir que dio testimonio, con su propia sangre, del Salvador.

Contemplamos una tabla de Hans Memmling, en la que aparece retratado con las vestiduras litúrgicas de los diáconos, es decir, la dalmática sobre el alba blanca. Lleva en la mano una piedra, que simboliza su martirio. Al fondo se divisa una ciudad, pintadas con la típica minuciosidad del artista flamenco.