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domingo, 3 de marzo de 2019

Bellini. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1500. Giovanni Bellini
Temple y oro sobre tabla. Medidas: 59 cm x 47 cm.
Museo de Arte Kimbell, Fort Worth. Estados Unidos

Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?». El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado, la ley. ¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios

jueves, 24 de enero de 2019

Bellini. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1465-1470. Giovanni Bellini
Oleo sobre tabla. Medidas: 58 cm. x 46 cm.
Museo del Louvre. Paris.

Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer. 

En la liturgia de hoy leemos cómo los espíritus inmundos confiesan que Jesús es el Hijo de Dios. Pero la divinidad de Jesús fue realmente proclamada en su Muerte y Resurrección. Así lo contemplamos en esta imagen del Señor pintada por Bellini, en la que se muestra al Señor resucitado mostrando las llagas de la Cruz.

martes, 7 de noviembre de 2017

Andrea Previtali. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1515. Andrea Previtali
Óleo sobre tabla. Medidas: 47 cm x 38 cm.
National Gallery. Londres

Nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. Esta frase de la lectura de la Carta a Los Romanos nos invita a venerar al Señor, en la representación que de él hizo Andrea Previtali, en esta table frontal en la que nos mira con bondad mientras nos bendice.

lunes, 16 de enero de 2017

Andrea Solari. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1524. Andrea Solari
Óleo sobre tabla. Medidas: 203 cm x 130 cm
The Metropolitan Museum of Art. Nueva York.

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote, según el rito de Melquisedec.

La primera lectura de la Eucaristía de hoy, del capítulo quinto de la Carta a los Hebreos, nos presenta a Cristo en su calidad de Sumo Sacerdote, que ha asumido nuestra debilidad y se ha ofrecido a sí mismo en sacrificio por nuestra salvación. Por eso, hemos escogido un retrato de cuerpo entero del Señor, pintado por Andrea Solari, que nos lo presenta a modo sacerdotal.

Esta pintura es una obra tardía por Solario, y se relaciona con una gran Asunción de la Virgen en la Cartuja de Pavía, que quedó sin terminar a causa de la muerte del artista en 1524. Refleja el conocimiento de la obra de Rafael, obtenido por el artista durante su visita a Roma, alrededor de 1514. No hay ningún registro de la iglesia para los que fue pintado, y no se sabe si se trataba de una tabla o una parte de un retablo más grande aislado.

El espacio en el que Cristo se está representado parece una habitación. Una cortina verde cuelga de una manera inusual, bastante misteriosa; las esquinas se han trenzado en bolas. Es difícil asignar un significado preciso para esta pintura, pero se puede sugerir que la arquitectura severa de la puerta cubierto pretende evocar tumbas antiguas, y que Cristo se está mostrando como triunfante sobre la muerte. Esta interpretación se ve reforzada por el suelo patrón-un círculo inscrito en un cuadrado que se refiere a la naturaleza de Cristo como Dios en forma humana.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Cristo Pantocrátor

Cristo Pantocrátor. XIII. Anónimo
Mosaico
Santa Sofía de Constantinopla

TIEMPO DE ADVIENTO. Tiempo de espera al retorno glorioso de nuestro Señor, tiempo de preparación para nuestro encuentro con el Salvador. Tiempo de esperanza y de renovación espiritual. Esto es lo que acabamos de comenzar este domingo.

Contemplamos uno de los más conocidos mosaicos bizantinos, que decoran la que fuera maravillosa basílica de la capital del Imperio Romano de Oriente, la segunda Roma. Cristo, sereno, bendice a los fieles, y les muestra el Evangelio en el que están contenidas las palabras de la vida.

FELIZ Y SANTO TIEMPO DE ADVIENTO

domingo, 29 de noviembre de 2015

Cristo Pantocrátor

Cristo Pantocrátor. XIII. Anónimo
Mosaico
Santa Sofía de Constantinopla

TIEMPO DE ADVIENTO. Tiempo de espera al retorno glorioso de nuestro Señor, tiempo de preparación para nuestro encuentro con el Salvador. Tiempo de esperanza y de renovación espiritual. Esto es lo que acabamos de comenzar este domingo.

Contemplamos uno de los más conocidos mosaicos bizantinos, que decoran la que fuera maravillosa basílica de la capital del Imperio Romano de Oriente, la segunda Roma. Cristo, sereno, bendice a los fieles, y les muestra el Evangelio en el que están contenidas las palabras de la vida.

FELIZ Y SANTO TIEMPO DE ADVIENTO

jueves, 26 de marzo de 2015

Cima de Conegliano. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1505. Cima da Conegliano
Óleo sobre tabla. Medidas: 151 cm x 77 cm.
Colección Estatal de Arte. Dresde

Los judíos le dijeron: «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?»  Jesús les dijo: «Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.»  Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

A medida que avanzamos en esta Semana de Pasión, se agudiza el conflicto de Jesús con los judíos, tal como lo relata el Evangelista san Juan. Jesús se manifiesta como la presencia de Dios, como Hijo del Padre Eterno que ha sido enviado al mundo para que, todo el que crea en él, se salve y tenga vida eterna.

La tabla que contemplamos nos muestra a Jesús, que porta en la mano un libro, y con la otra mano hace el gesto de bendecir. Su autor, Cima de Conegliano, intenta captar la majestad y divinidad de Cristo, precisamente, en una figura de intensa humanidad. Las figuras de este autor, inicalmente algo rudas, fueron gradualmente perdiendo severidad y ganaron en gracia, aunque conservando un cierto envaramiento. Cima fue uno de los primeros pintores italianos en darle importancia al paisaje, así como al tratamiento de luces y sombras que contribuían a crear la atmósfera de la obra.

lunes, 16 de marzo de 2015

Jan van Scorel. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. XVI. Jan van Scorel
Óleo sobre tabla. Medidas: 52 cm x 39 cm.
Museo del Prado. Madrid. España

Leemos en la Ecuaristía de este cuarto lunes de Cuaresma la curación del hijo del funcionario real, que en el Evangelio según san Juan es considerado como el segundo de los signos de Jesús. El Señor manifiesta su poder y su divinidad, con potestad para vencer el poder del pecado y de la muerte.

La imagen que contemplamos representa a Cristo resucitado, bendiciendo a la humanidad. Fue pintado por Jan van Scorel (1495-1562), un influyente pintor holandés, al que se atribuye la introducción del arte del Alto renacimiento italiano en los Países Bajos. A través de un pliegue de su túnica se contempla la herida del costado. Su cetro regio tiene la forma de cruz. Es llamativo el elaborado fondo arquitectónico, típico del Renacimiento italiano.

domingo, 1 de febrero de 2015

Gerard David. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo, 1505. Gerard David
Óleo sobre tabla, Medidas: 9 x 6 cm
Museo Metropolitano de Arte. Nueva York

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»

Los espíritus inmundos reconocen en Jesús la presencia de Dios: éste es el tema central del Evangelio según san Marcos que leemos en la liturgia este domingo. En Jesucristo se hace presente en el mundo la fuerza salvadora de Dios, que destruye el poder del mal. Su gesto, su bendición, su existencia entera reportan a la creación la esperanza de un futuro en Dios.

En esta adaptación del arte bizantino tardío, encontramos a Cristo como un icono, con la mano izquierda apoyada en el alféizar ficticio del marco. David se centró en la humanidad de Cristo, y la frescura de la observación evidente en su fisonomía y en la delicada articulación de las manos se basa en estudios de la vida. Podría relacionarse por su tamaño y lo meticuloso del dibujo con la iluminación de un manuscrito.

lunes, 19 de enero de 2015

Andrea Solari. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1524. Andrea Solari
Óleo sobre tabla. Medidas: 203 cm x 130 cm
The Metropolitan Museum of Art. Nueva York.

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote, según el rito de Melquisedec.

La primera lectura de la Eucaristía de hoy, del capítulo quinto de la Carta a los Hebreos, nos presenta a Cristo en su calidad de Sumo Sacerdote, que ha asumido nuestra debilidad y se ha ofrecido a sí mismo en sacrificio por nuestra salvación. Por eso, hemos escogido un retrato de cuerpo entero del Señor, pintado por Andrea Solari, que nos lo presenta a modo sacerdotal.

Esta pintura es una obra tardía por Solario, y se relaciona con una gran Asunción de la Virgen en la Cartuja de Pavía, que quedó sin terminar a causa de la muerte del artista en 1524. Refleja el conocimiento de la obra de Rafael, obtenido por el artista durante su visita a Roma, alrededor de 1514. No hay ningún registro de la iglesia para los que fue pintado, y no se sabe si se trataba de una tabla o una parte de un retablo más grande aislado.

El espacio en el que Cristo se está representado parece una habitación. Una cortina verde cuelga de una manera inusual, bastante misteriosa; las esquinas se han trenzado en bolas. Es difícil asignar un significado preciso para esta pintura, pero se puede sugerir que la arquitectura severa de la puerta cubierto pretende evocar tumbas antiguas, y que Cristo se está mostrando como triunfante sobre la muerte. Esta interpretación se ve reforzada por el suelo patrón-un círculo inscrito en un cuadrado que se refiere a la naturaleza de Cristo como Dios en forma humana.

viernes, 9 de enero de 2015

Memling. Cristo bendiciendo

Cristo bendiciendo. 1478. Hans Memling
Óleoa sobre tabla. Medidas: 38 cm x 28 cm.
Museo Norton Simon. Pasadena. California

Seguimos considerando en la Eucaristía textos que nos manifiestan la divinidad de Jesús. En el día de hoy, se trata del Señor, caminando sobre las aguas del lago de Galilea, después de haber multiplicado los panes y los peces.

Por eso, queremos hoy contemplar la imagen del Señor, como divina fuente de toda bendición, en la versión de un genial pintor flamenco: Hans Memling. Aparece de forma frontal, como un icono bizantino, con la mano derecha en actitud de bendecir, juntando los tres dedos en señal de la Trinidad.


domingo, 30 de noviembre de 2014

Cristo Pantocrátor

Cristo Pantocrátor. XIII. Anónimo
Mosaico
Santa Sofía de Constantinopla

TIEMPO DE ADVIENTO. Tiempo de espera al retorno glorioso de nuestro Señor, tiempo de preparación para nuestro encuentro con el Salvador. Tiempo de esperanza y de renovación espiritual. Esto es lo que acabamos de comenzar este domingo.

Contemplamos uno de los más conocidos mosaicos bizantinos, que decoran la que fuera maravillosa basílica de la capital del Imperio Romano de Oriente, la segunda Roma. Cristo, sereno, bendice a los fieles, y les muestra el Evangelio en el que están contenidas las palabras de la vida.

FELIZ Y SANTO TIEMPO DE ADVIENTO

jueves, 18 de julio de 2013

Fernando Gallego. Cristo bendiciendo.


Cristo bendiciendo. 1494-1496. Fernando Gallego
 Técnica mista. Tabla. Medidas: 169cm x 132cm.
Museo del Prado. Madrid España.

En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó:
-«Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?»
Dios dijo a Moisés:
-«"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: " 'Yo soy' me envía a vosotros."»

Éste es el texto que nos ha propuesto la primera lectura de la liturgia del día de hoy, tomado del libro del Éxodo. Se trata de uno de los textos fundamentales de todo el Antiguo Testamento: la revelación a Moisés del nombre de Dios, el Dios de los patriarcas, pero también el Dios que acompaña a su pueblo a través de la historia, el Dios que ha querido estar con nosotros.

La plenitud de esta revelación tiene lugar en Jesucristo, el Hijo de Dios, que nos manifiesta quién es Dios en sí mismo: la Trinidad única de las personas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

De este modo, la revelación de Moisés alcanza su total plenitud en Jesucristo, el que es. Esta afirmación aparecerá repetidamente en el Evangelio según san Juan: Yo soy...: la luz, la vida, el pan de la vida, etc.

A finales del siglo XV, durante el floreciente reinado de los Reyes Católicos, pintó el artista salmantino Fernando Gallego este Cristo bendiciendo para el retablo de San Lorenzo, de la localidad de Toro (Zamora), que finalmente, debido a sus proporciones, no pudo ocupar dicho emplazamiento. 

Cristo aparece entronizado, vestido con túnica roja y sujetando la bola del Mundo en su mano izquierda, bendice con la derecha flanqueado por las figuras de la Iglesia y de la Sinagoga y rodeado por el Tetramorfos. 

Cristo es presentado como Salvador del Mundo. Se contrastan las figuras de la Sinagoga, con las tablas de la ley de Moisés y el estandarte roto, y de la Iglesia, laureada, portando el estandarte de la Victoria, y un cáliz con la Sagrada Forma como símbolo de la nueva promesa de la muerte y Resurrección de Cristo. Su palabra, plasmada en los Evangelios del Nuevo Testamento, se representa mediante el Tetramorfos, los símbolos de los cuatro evangelistas: el águila de San Juan, el toro de San Lucas, el león de San Marcos y el ángel de San Mateo. 

Las arquitecturas góticas, la composición y la técnica pictórica son un buen ejemplo del depurado estilo de Gallego, profundamente impregnado de elementos flamencos.