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jueves, 11 de mayo de 2017

Berzé-la-Ville


Pinturas del ábside de la capilla del "Chateau des Moines" s. XII.
Berzé-la-Ville, Francia.

Hoy recordamos en el calendario a los santos abades de Cluny El monasterio de Cluny, fundado el año 909, por obra de los santos abades que se sucedieron por espacio de dos siglos, fue uno de los más famosos centros de vida monástica. 

La Imagen pertenece a una capilla, posterior priorato,  cercana al monasterio que sirvió incluso de enterramiento de abades. Berzé-la-Ville era un priorato cluniacense próximo al monasterio, apenas a unos de kilómetros. En su interior encontramos una de las decoraciones pictóricas más importantes del Románico francés. Realizada hacia 1109 con una técnica muy cuidada, sobre un espeso enlucido de base, se representaba en el interior del ábside una composición en tres niveles: arriba, Cristo en majestad; en el medio, escenas relativas a los martirios de san Blas y san Lorenzo o san Vicente; abajo, una serie de bustos de santos, en total, dieciséis figuras alrededor del Pantocrátor. Ademanes y caracterización de los rostros denuncian el conocimiento de obras bizantinas. Sin embargo, es posible, como creen algunos especialistas, que el pretendido bizantinismo no corresponda a una dependencia directa, sino a algo aprendido a través de modelos italianos; seguramente, dados los estrechos contactos existentes, con Montecasino; no faltando una coincidencia en los detalles ornamentales con la misma pintura romana coetánea. 

Podemos distinguir dos escuelas diferentes dentro de la pintura románica en Francia: la escuela de Borgoña que se inspira en la benedictina de Italia, y la escuela del Loire, que mantendrá contactos con las escuelas españolas. La escuela de Borgoña era continuadora de la pintura italobizantina porque el monasterio de Cluny mantenía una buena relación como ya hemos apuntado con el de Montecassino. Se caracterizaba por utilizar colores muy decorativos, y realizar figuras de delicado modelado y suntuosos vestidos sobre fondos azules.  Estas majestuosas figuras aparecen en los frescos de Berzé-la-Ville, que era el lugar donde reposaban los abades de Cluny, y en la cripta de la catedral de Auxerre.

Pero vamos a recordar de forma breve a los abades que hoy recordamos:

Odón, anteriormente canónigo de la iglesia de Tours, muy luego hizo profesión de vida monástica. Elegido abad de Cluny en 927, ilustró a los monjes los tesoros escondidos en la observancia de la Regla. Hizo florecer muchos monasterios en Francia y en Italia. Murió en Tours el 18 de noviembre de 942, en la octava de la fiesta de san Martín.

Máyolo, nacido en Provenza, de noble familia, canónigo de la iglesia de Mácon, joven aún fue nombrado arcediano. En 948 hizo profesión de vida monástica en Cluny, y muy pronto fue elegido abad. Fue tan apreciado por los príncipes de aquel tiempo, que Otón II tenía interés enhacerlo elegir Sumo Pontífice, a lo que Máyolo se opuso resueltamente. Fundó innumerables monasterios y aceptó reformar otros muchos. Murió en Souvigny (Alvernia) el 11 de mayo de 994.

Odilón, nacido en Alvernia en 962, fue primero canónigo de la iglesia de Brioude, y después monje de Cluny. Nombrado por Máyolo coadjutor suyo en 991, le sucedió en el cargo abacial. Extendió la observancia cluniacense en España. Fue el primero en instituir la conmemoración litúrgica de todos los difuntos. Murió el 1 de enero de 1049 en Souvigny, junto a la tumba del padre Máyolo.

Hugo, hijo de Dalmacio conde de Semur, nació en 1024. Contra la voluntad de sus padres, en 1039 se retiró al monasterio de Cluny, de donde fue prior. A la muerte de Odilón, fue elegido abad. Construyó la célebre basílica de su monasterio, hizo redactar el código de las costumbres monásticas, y fundó de planta muchos monasterios. Después de sesenta años de gobierno, murió en Cluny el 29 de abril de 1109.

Pedro, llamado el Venerable, nació en Alvernia hacia el 1092. Educado en el monasterio de Sauxilanges, fue nombrado prior y responsable del escolasticado del monasterio de Doméne, y, más tarde, en 1122 fue elegido abad de Cluny. Se preocupó por la observancia regular en los monasterios. Personalmente eminente en el estudio de las letras, estimuló a sus monjes para que se dedicasen a los estudios, pero demostrando siempre un perfecto equilibrio entre acción y contemplación. Murió el año 1156 en el día de Navidad.

(De la Historia del monasterio de Cluny)

jueves, 27 de abril de 2017

Nuestra Señora de Montserrat

Nuestra Señora de Motserrat, s. XII. Autor anónimo
Talla sobre madera de álamo y estuco policomado. 95 cm
Monasterio de Montserrat, Barcelona. España

Hoy celebramos la festividad de Nuestra Señora de Motserrat, venerada no solo en el monasterio del mismo nombre sino en muchas otras partes de la cristiandad. Por ejemplo, en Italia se han contado más de ciento cincuenta iglesias o capillas dedicadas a la Virgen de Montserrat, bajo cuya advocación se erigieron algunas de las primeras iglesias de México, Chile y Perú, y con el nombre de Montserrat han sido bautizados monasterios, pueblos, montes e islas en América.

El culto de la Virgen de Montserrat se remonta más allá de la invasión de España por los árabes. La imagen, ocultada entonces, fue descubierta en el siglo IX. Para darle culto, se edificó una capilla a la que el rey Wilfredo el Velloso agregó más tarde un monasterio benedictino.

Cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el actual monasterio benedictino.

Los milagros atribuidos a la Virgen de Montserrat fueron cada vez más numerosos y los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela los divulgaron. Entre los santos que visitaron el lugar venerado se encuentran san Pedro Nolasco, san Raymundo de Peñafort, san Vicente Ferrer, san Francisco de Borja, san Luis Gonzaga, san José de Calasanz, san Antonio María Claret y san Ignacio de Loyola, que, siendo aún caballero, se confesó con uno de los monjes y pasó una noche orando ante la imagen de la Virgen. 

domingo, 22 de enero de 2017

Pantocrátor de San Clemente de Tahull


El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.

Esta profecía de Isaías es empleada por Jesús al comienzo de su ministerio público, dando a entender que en él se revela la presencia salvadora de Dios en el mundo. Para alabar al Señor, nos vamos hoy cerca del límite de las provincias de Lérida y Huesca, en un escarpado valle pirenaico, no lejos de Roda de Isábena, donde se encuentra uno de los más célebres templos de la época románica: el de san Clemente de Tahull.

Tal vez, la imagen más célebre de dicho templo es el Pantocrátor que lo presidía desde su ábside central. Y hay que decirlo en pasado, pues fue retirado de dicho lugar santo por motivos de seguridad, y llevado al Museo Nacional de arte de Cataluña.

Es impresionante la fuerza de esta imagen, su majestad, su tremenda carga simbólica. El Señor está sentado sobre una banda, que hace alusión al arco iris. A su derecha e izquierda está el Alfa y la Omega. Su mano izquierda porta un libro abierto, en el que se lee Ego sum lux mundi, es decir, yo soy la luz del mundo. Según el canon iconográfico, está rodeado del Pantocrátor, es decir, los cuatro evangelistas, que además están representados con sus cuatro animales simbólicos.

Podemos concluir la oración ante esta soberbia imagen, con el texto del Apocalipsis: A aquél que nos ha amado, que nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre, y que ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes, a él sea todo el honor y toda la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Carrión. Cristo Pantocrátor

Pantocrátor. XII. Anónimo
Piedra tallada
Iglesia de Santiago. Carrión de los Condes

Pero uno de los ancianos me dijo: «No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos.» Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo hablan degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos –son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra–. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.

La liturgia nos invita en la primera lectura de la Eucaristía, tomada del Libro del Apocalipsis, no sólo a contemplar el misterio de Cristo en majestad, sino también a participar en la alabanza cósmica de la entera creación. Es lo que la iconografía medieval del Cristo Pantocrátor pretende, y que hoy podemos contemplar en uno de sus más grandiosos ejemplares: el Cristo Pantocrátor de Carrión. La palabra griega Pantocrátor significa Todopoderoso.

La diócesis palentina, a la que pertenece Carrión, fue una zona intensamente romanizada. De hecho, la imagen que contemplamos tiene mucho en común con las esculturas imperiales de la época romana, especialmente en el rico tratamiento de los ropajes reales y el trenzado del pelo. Cristo aparece sentada dentro de una mandorla mística, que alude a la visión luminosa que describe el autor del Apocalipsis.

miércoles, 6 de julio de 2016

Claustro de Silos. La duda de Tomás

La duda de Tomás. XI. Primer maestro de Silos
Piedra tallada
Monasterio de Santo Domingo de Silos

En aquel tiempo, Jesús llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

El pasaje del Evangelio según san Mateo que se lee hoy en la Eucaristía nos narra la designación de los doce apóstoles por parte de Jesús. Del mismo modo que Israel se formó a partir de las doce tribus surgidas de los hijos de Jacob, así el nuevo pueblo de Dios se forma a partir del testimonio de estos discípulos que convivieron con el Señor.

Hemos escogido el célebre apostolado románico de uno de los frisos del claustro de Silos, en el que se nos describe la duda de Tomás. Dado que la escena tuvo lugar después de la Resurrección del Señor, no aparece Judas Iscariote, sino que es sustituido por Pablo.

La obra fue tallada a finales del siglo XI por el llamado primer Maestro de Silos. Aparecen alineados los apóstoles, excepto Tomás, cuya carencia de fe es remarcada por el artista a través del gesto de Jesús que, levantando el brazo, lo distingue nítidamente de los demás. Todos los apóstoles portan largas y bien talladas barbas, excepto el joven Juan, que muestra una incipiente barba. Cada apóstol porta en su nimbo su propio nombre.

martes, 28 de junio de 2016

La Creación


 Tapiz de la Creación, Siglo XI - XII, 
Tapiz , 365 x 470 cm
Catedral de Gerona, Gerona. España

Hoy celebra la Iglesia a san Ireneo de Lyon, quien educado en Esmirna; fue discípulo de la San Policarpo, obispo de aquella ciudad, quién a su vez fue discípulo del Apóstol San Juan. En el año 177 era presbítero en Lyon (Francia), y poco después ocupó la sede episcopal de dicha ciudad. Recibió la palma del martirio, según se cuenta, alrededor del año 200.

Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar entre los Padres de la Iglesia, ya que sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos y salvar así a la fe católica del grave peligro que corrió de contaminarse y corromperse por las insidiosas doctrinas de aquellos herejes.

La imagen de hoy nos centra en el personaje principal del tapiz, Jesús, representado como un hombre muy joven y sin barba. A su alrededor hay ocho escenas radiales acompañadas por inscripciones del Génesis desde los días de la creación del mundo hasta la creación de Eva. Encima del Pantocrátor se ven los primeros días del Génesis, cuando el hombre aún no había sido creado: el espíritu de Dios en forma de paloma sobrevolando el agua y, a sus lados, los ángeles de la luz y de las tinieblas con una antorcha, el firmamento y la separación del cielo y de las aguas. Debajo de Cristo hay un fragmento mayor que contiene la creación del mundo animal y vegetal y, a sus lados, Adán y los animales saltando a sus pies; la otra escena es la creación de Eva, que, estando dormido Adán, le sale de una costilla; delante de ellos tiene el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Esta imagen viene a mi memoria debido al texto de san Ireneo que leia esta mañana y que dice así:

La claridad de Dios vivifica y, por tanto, los que ven a Dios reciben la vida. Por esto, aquel que supera nuestra capacidad, que es incomprensible, invisible, 'se hace visible y comprensible para los hombres, se adapta a su capacidad, para dar vida a los que lo perciben y lo ven. Vivir sin vida es algo imposible, y la subsistencia de esta vida proviene de la participación de Dios, que consiste en ver a Dios y gozar de su bondad.

Los hombres, pues, verán a Dios y vivirán, ya que esta visión los hará inmortales, al hacer que lleguen hasta la posesión de Dios. Esto, como dije antes, lo anunciaban ya los profetas de un modo velado, a saber, que verán a Dios los que son portadores de su Espíritu y esperan continuamente su venida. Como dice Moisés en el Deuteronomio: Aquel día veremos que puede Dios hablar a un hombre, y seguir éste con vida.

Aquel que obra todo en todos es invisible e inefable en su ser y en su grandeza, con respecto a todos los seres creados por él, mas no por esto deja de ser conocido, porque todos sabemos, por medio de su Verbo, que es un solo Dios Padre, que lo abarca todo y que da el ser a todo; este conocimiento viene atestiguado por el evangelio, cuando dice: A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Así, pues, el Hijo nos ha dado a conocer al Padre desde el principio, ya que desde el principio está con el Padre; él, en efecto, ha manifestado al género humano el sentido de las visiones proféticas, de la distribución de los diversos carismas, con sus ministerios, y en qué consiste la glorificación del Padre, y lo ha hecho de un modo consecuente y ordenado, a su debido tiempo y con provecho; porque donde hay orden allí hay armonía, y donde hay armonía allí todo sucede a su debido tiempo, y donde todo sucede a su debido tiempo allí hay provecho.

Por esto, el Verbo se ha constituido en distribuidor de la gracia del Padre en provecho de los hombres, en cuyo favor ha puesto por obra los inescrutables designios de Dios, mostrando a Dios a los hombres, presentando al hombre a Dios; salvaguardando la invisibilidad del Padre, para que el hombre tuviera siempre un concepto muy elevado de Dios y un objetivo hacia el cual tender, pero haciendo también visible a Dios para los hombres, realizando así los designios eternos del Padre, no fuera que el hombre, privado totalmente de Dios, dejara de existir; porque la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios. En efecto, si la revelación de Dios a través de la creación es causa de vida para todos los seres que viven en la tierra, mucho más lo será la manifestación del Padre por medio del Verbo para los que ven a Dios.



San Ireneo de Lyon, Tratado contra las herejías 

miércoles, 11 de mayo de 2016

Berzé-la-Ville


Pinturas del ábside de la capilla del "Chateau des Moines" s. XII.
Berzé-la-Ville, Francia.

Hoy recordamos en el calendario a los santos abades de Cluny El monasterio de Cluny, fundado el año 909, por obra de los santos abades que se sucedieron por espacio de dos siglos, fue uno de los más famosos centros de vida monástica. 

La Imagen pertenece a una capilla, posterior priorato,  cercana al monasterio que sirvió incluso de enterramiento de abades. Berzé-la-Ville era un priorato cluniacense próximo al monasterio, apenas a unos de kilómetros. En su interior encontramos una de las decoraciones pictóricas más importantes del Románico francés. Realizada hacia 1109 con una técnica muy cuidada, sobre un espeso enlucido de base, se representaba en el interior del ábside una composición en tres niveles: arriba, Cristo en majestad; en el medio, escenas relativas a los martirios de san Blas y san Lorenzo o san Vicente; abajo, una serie de bustos de santos, en total, dieciséis figuras alrededor del Pantocrátor. Ademanes y caracterización de los rostros denuncian el conocimiento de obras bizantinas. Sin embargo, es posible, como creen algunos especialistas, que el pretendido bizantinismo no corresponda a una dependencia directa, sino a algo aprendido a través de modelos italianos; seguramente, dados los estrechos contactos existentes, con Montecasino; no faltando una coincidencia en los detalles ornamentales con la misma pintura romana coetánea. 

Podemos distinguir dos escuelas diferentes dentro de la pintura románica en Francia: la escuela de Borgoña que se inspira en la benedictina de Italia, y la escuela del Loire, que mantendrá contactos con las escuelas españolas. La escuela de Borgoña era continuadora de la pintura italobizantina porque el monasterio de Cluny mantenía una buena relación como ya hemos apuntado con el de Montecassino. Se caracterizaba por utilizar colores muy decorativos, y realizar figuras de delicado modelado y suntuosos vestidos sobre fondos azules.  Estas majestuosas figuras aparecen en los frescos de Berzé-la-Ville, que era el lugar donde reposaban los abades de Cluny, y en la cripta de la catedral de Auxerre.

Pero vamos a recordar de forma breve a los abades que hoy recordamos:

Odón, anteriormente canónigo de la iglesia de Tours, muy luego hizo profesión de vida monástica. Elegido abad de Cluny en 927, ilustró a los monjes los tesoros escondidos en la observancia de la Regla. Hizo florecer muchos monasterios en Francia y en Italia. Murió en Tours el 18 de noviembre de 942, en la octava de la fiesta de san Martín.

Máyolo, nacido en Provenza, de noble familia, canónigo de la iglesia de Mácon, joven aún fue nombrado arcediano. En 948 hizo profesión de vida monástica en Cluny, y muy pronto fue elegido abad. Fue tan apreciado por los príncipes de aquel tiempo, que Otón II tenía interés enhacerlo elegir Sumo Pontífice, a lo que Máyolo se opuso resueltamente. Fundó innumerables monasterios y aceptó reformar otros muchos. Murió en Souvigny (Alvernia) el 11 de mayo de 994.

Odilón, nacido en Alvernia en 962, fue primero canónigo de la iglesia de Brioude, y después monje de Cluny. Nombrado por Máyolo coadjutor suyo en 991, le sucedió en el cargo abacial. Extendió la observancia cluniacense en España. Fue el primero en instituir la conmemoración litúrgica de todos los difuntos. Murió el 1 de enero de 1049 en Souvigny, junto a la tumba del padre Máyolo.

Hugo, hijo de Dalmacio conde de Semur, nació en 1024. Contra la voluntad de sus padres, en 1039 se retiró al monasterio de Cluny, de donde fue prior. A la muerte de Odilón, fue elegido abad. Construyó la célebre basílica de su monasterio, hizo redactar el código de las costumbres monásticas, y fundó de planta muchos monasterios. Después de sesenta años de gobierno, murió en Cluny el 29 de abril de 1109.

Pedro, llamado el Venerable, nació en Alvernia hacia el 1092. Educado en el monasterio de Sauxilanges, fue nombrado prior y responsable del escolasticado del monasterio de Doméne, y, más tarde, en 1122 fue elegido abad de Cluny. Se preocupó por la observancia regular en los monasterios. Personalmente eminente en el estudio de las letras, estimuló a sus monjes para que se dedicasen a los estudios, pero demostrando siempre un perfecto equilibrio entre acción y contemplación. Murió el año 1156 en el día de Navidad.

(De la Historia del monasterio de Cluny)

martes, 17 de noviembre de 2015

Cristo y Zaqueo

Cristo y Zaqueo. XII. Anonimo
Piedra tallada
Iglesia de San Nectario. Puy de Dome (Francia)

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.

La liturgia de este día nos presenta la escena del encuentro de Jesús con Zaqueo. La vemos representada en un capitel románico de San Nectario, en Francia. A la izquierda, aparece un árbol, al que se ha subido Zaqueo. Jesús se encuentra identificado por su nimbo crucífero.

lunes, 11 de mayo de 2015

Berzé-la-Ville


Pinturas del ábside de la capilla del "Chateau des Moines" s. XII.
Berzé-la-Ville, Francia.

Hoy recordamos en el calendario a los santos abades de Cluny El monasterio de Cluny, fundado el año 909, por obra de los santos abades que se sucedieron por espacio de dos siglos, fue uno de los más famosos centros de vida monástica. 

La Imagen pertenece a una capilla, posterior priorato,  cercana al monasterio que sirvió incluso de enterramiento de abades. Berzé-la-Ville era un priorato cluniacense próximo al monasterio, apenas a unos de kilómetros. En su interior encontramos una de las decoraciones pictóricas más importantes del Románico francés. Realizada hacia 1109 con una técnica muy cuidada, sobre un espeso enlucido de base, se representaba en el interior del ábside una composición en tres niveles: arriba, Cristo en majestad; en el medio, escenas relativas a los martirios de san Blas y san Lorenzo o san Vicente; abajo, una serie de bustos de santos, en total, dieciséis figuras alrededor del Pantocrátor. Ademanes y caracterización de los rostros denuncian el conocimiento de obras bizantinas. Sin embargo, es posible, como creen algunos especialistas, que el pretendido bizantinismo no corresponda a una dependencia directa, sino a algo aprendido a través de modelos italianos; seguramente, dados los estrechos contactos existentes, con Montecasino; no faltando una coincidencia en los detalles ornamentales con la misma pintura romana coetánea. 

Podemos distinguir dos escuelas diferentes dentro de la pintura románica en Francia: la escuela de Borgoña que se inspira en la benedictina de Italia, y la escuela del Loire, que mantendrá contactos con las escuelas españolas. La escuela de Borgoña era continuadora de la pintura italobizantina porque el monasterio de Cluny mantenía una buena relación como ya hemos apuntado con el de Montecassino. Se caracterizaba por utilizar colores muy decorativos, y realizar figuras de delicado modelado y suntuosos vestidos sobre fondos azules.  Estas majestuosas figuras aparecen en los frescos de Berzé-la-Ville, que era el lugar donde reposaban los abades de Cluny, y en la cripta de la catedral de Auxerre.

Pero vamos a recordar de forma breve a los abades que hoy recordamos:

Odón, anteriormente canónigo de la iglesia de Tours, muy luego hizo profesión de vida monástica. Elegido abad de Cluny en 927, ilustró a los monjes los tesoros escondidos en la observancia de la Regla. Hizo florecer muchos monasterios en Francia y en Italia. Murió en Tours el 18 de noviembre de 942, en la octava de la fiesta de san Martín.

Máyolo, nacido en Provenza, de noble familia, canónigo de la iglesia de Mácon, joven aún fue nombrado arcediano. En 948 hizo profesión de vida monástica en Cluny, y muy pronto fue elegido abad. Fue tan apreciado por los príncipes de aquel tiempo, que Otón II tenía interés enhacerlo elegir Sumo Pontífice, a lo que Máyolo se opuso resueltamente. Fundó innumerables monasterios y aceptó reformar otros muchos. Murió en Souvigny (Alvernia) el 11 de mayo de 994.

Odilón, nacido en Alvernia en 962, fue primero canónigo de la iglesia de Brioude, y después monje de Cluny. Nombrado por Máyolo coadjutor suyo en 991, le sucedió en el cargo abacial. Extendió la observancia cluniacense en España. Fue el primero en instituir la conmemoración litúrgica de todos los difuntos. Murió el 1 de enero de 1049 en Souvigny, junto a la tumba del padre Máyolo.

Hugo, hijo de Dalmacio conde de Semur, nació en 1024. Contra la voluntad de sus padres, en 1039 se retiró al monasterio de Cluny, de donde fue prior. A la muerte de Odilón, fue elegido abad. Construyó la célebre basílica de su monasterio, hizo redactar el código de las costumbres monásticas, y fundó de planta muchos monasterios. Después de sesenta años de gobierno, murió en Cluny el 29 de abril de 1109.

Pedro, llamado el Venerable, nació en Alvernia hacia el 1092. Educado en el monasterio de Sauxilanges, fue nombrado prior y responsable del escolasticado del monasterio de Doméne, y, más tarde, en 1122 fue elegido abad de Cluny. Se preocupó por la observancia regular en los monasterios. Personalmente eminente en el estudio de las letras, estimuló a sus monjes para que se dedicasen a los estudios, pero demostrando siempre un perfecto equilibrio entre acción y contemplación. Murió el año 1156 en el día de Navidad.

(De la Historia del monasterio de Cluny)

miércoles, 25 de febrero de 2015

Jonás arrojado al mar

Jonás arrojado al mar. XII. Anónimo
Piedra tallada y policromada
Iglesia abacial de San Pedro de Mozac

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»

La liturgia de este primer miércoles de Cuaresma nos presenta al profeta Jonás, que fue llamado por Dios para anunciar a la ciudad de Nínive el castigo del Señor por sus muchos delitos. Jonás quiere huir de la presencia de Dios para librarse de dicho encargo. Se embarca, pero el mar se rebela. Los marineros lo tiran al mar, y es devorado por un monstruo, en cuyo vientre permanece tres días. Devuelto a tierra, predica en Nínive y consigue su conversión. Jesús utilizó este personaje sagrado, para anunciar que los creyentes no tendrían otro signo que el del propio Jonás, con lo que se refiere al hecho de su propìa muerte y su estancia en el sepulcro durante tres días. Es decir, Jesús anuncia el misterio de su propia Resurrección, como signo último y definitivo que Dios da a los creyentes.

Contemplamos la célebre escena de Jonás en un capitel románico de la Iglesia Abacial de San Pedro de Mozac. Los marineros tiran a Jonás al mar, representado por unas ondulaciones, de donde emerge el monstruo marino que lo devora.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Carrión. Cristo Pantocrátor

Pantocrátor. XII. Anónimo
Piedra tallada
Iglesia de Santiago. Carrión de los Condes

Pero uno de los ancianos me dijo: «No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos.» Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo hablan degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos –son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra–. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.

La liturgia nos invita en la primera lectura de la Eucaristía, tomada del Libro del Apocalipsis, no sólo a contemplar el misterio de Cristo en majestad, sino también a participar en la alabanza cósmica de la entera creación. Es lo que la iconografía medieval del Cristo Pantocrátor pretende, y que hoy podemos contemplar en uno de sus más grandiosos ejemplares: el Cristo Pantocrátor de Carrión. La palabra griega Pantocrátor significa Todopoderoso.

La diócesis palentina, a la que pertenece Carrión, fue una zona intensamente romanizada. De hecho, la imagen que contemplamos tiene mucho en común con las esculturas imperiales de la época romana, especialmente en el rico tratamiento de los ropajes reales y el trenzado del pelo. Cristo aparece sentada dentro de una mandorla mística, que alude a la visión luminosa que describe el autor del Apocalipsis.

miércoles, 9 de julio de 2014

Claustro de Silos. La duda de Tomás

La duda de Tomás. XI. Primer maestro de Silos
Piedra tallada
Monasterio de Santo Domingo de Silos

En aquel tiempo, Jesús llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

El pasaje del Evangelio según san Mateo que se lee hoy en la Eucaristía nos narra la designación de los doce apóstoles por parte de Jesús. Del mismo modo que Israel se formó a partir de las doce tribus surgidas de los hijos de Jacob, así el nuevo pueblo de Dios se forma a partir del testimonio de estos discípulos que convivieron con el Señor.

Hemos escogido el célebre apostolado románico de uno de los frisos del claustro de Silos, en el que se nos describe la duda de Tomás. Dado que la escena tuvo lugar después de la Resurrección del Señor, no aparece Judas Iscariote, sino que es sustituido por Pablo.

La obra fue tallada a finales del siglo XI por el llamado primer Maestro de Silos. Aparecen alineados los apóstoles, excepto Tomás, cuya carencia de fe es remarcada por el artista a través del gesto de Jesús que, levantando el brazo, lo distingue nítidamente de los demás. Todos los apóstoles portan largas y bien talladas barbas, excepto el joven Juan, que muestra una incipiente barba. Cada apóstol porta en su nimbo su propio nombre.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Cristo en Majestad


                          

Hoy, festividad de Cristo rey y último domingo del tiempo ordinario, les dejamos con este vídeo en el que intentaremos entender la iconografía del Cristo en Majestad, el tema más importante de la Europa Medieval, y de una Europa con una profunda religiosidad envuelta en visiones apocalípticas del fin de los tiempos.

Maiestas Domini o Cristo en Majestad es una iconografía del cristianismo utilizada tanto en pintura como en escultura y mosaico, que representa la figura de Cristo en actitud triunfante y que consta de unas característica particulares. Recibe también el nombre de Pantocrátor. Esta iconografía no debe confundirse con las Majestades o Cristo Majestad que son crucifijos en que aparece Cristo con una túnica ceñida, con expresión de estar vivo y generalmente con una corona. 

El Cristo en Majestad tradicional que puede verse con más frecuencia aparece sentado en un trono. Su cara lleva bigote destacado y barba y los cabellos son largos hasta los hombros. Su actitud es la de bendecir con los dedos índice y corazón de la mano derecha; en la izquierda sostiene el Libro de la Vida, unas veces cerrado y otras abierto. Suele vestir con túnica y manto que cuelga desde sus hombros. Los pies están desnudos y a veces invaden la mandorla en la que se apoyan. Esta mandorla puede presentarse tetralobulada. El Cristo suele llevar en la cabeza una corona, o bien un nimbo en que está inscrita una cruz.

Primeramente, haremos un breve repaso por el Románico, describiéndolo desde una perspectiva global y, a continuación, estudiaremos la simbología del Cristo en Majestad analizando dos obras (el tímpano de la abadía de Vezelay y un fresco de la iglesia de Sant Climent de Taüll).

lunes, 8 de julio de 2013

Pantocrátor de San Clemente de Tahull


Cerca del límite de las provincias de Lérida y Huesca, en un escarpado valle pirenaico, no lejos de Roda de Isábena, se encuentra uno de los más célebres templos de la época románica: el de san Clemente de Tahull.

Tal vez, la imagen más célebre de dicho templo es el Pantocrátor que lo presidía desde su ábside central. Y hay que decirlo en pasado, pues fue retirado de dicho lugar santo por motivos de seguridad, y llevado al Museo Nacional de arte de Cataluña.

Es impresionante la fuerza de esta imagen, su majestad, su tremenda carga simbólica. El Señor está sentado sobre una banda, que hace alusión al arco iris. A su derecha e izquierda está el Alfa y la Omega. Su mano izquierda porta un libro abierto, en el que se lee Ego sum lux mundi, es decir, yo soy la luz del mundo. Según el canon iconográfico, está rodeado del Pantocrátor, es decir, los cuatro evangelistas, que además están representados con sus cuatro animales simbólicos.

Podemos concluir la oración ante esta soberbia imagen, con el texto del Apocalipsis: A aquél que nos ha amado, que nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre, y que ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes, a él sea todo el honor y toda la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 28 de junio de 2013

La Creación


 Tapiz de la Creación, Siglo XI - XII, 
Tapiz , 365 x 470 cm
Catedral de Gerona, Gerona. España

Hoy celebra la Iglesis a san Ireneo de Lyon, quien educado en Esmirna; fue discípulo de la San Policarpo, obispo de aquella ciudad, quién a su vez fue discípulo del Apóstol San Juan. En el año 177 era presbítero en Lyon (Francia), y poco después ocupó la sede episcopal de dicha ciudad. Recibió la palma del martirio, según se cuenta, alrededor del año 200.

Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar prominentemente entre los Padres de la Iglesia, ya que sus escritos no sólo sirvieron para poner los cimientos de la teología cristiana, sino también para exponer y refutar los errores de los gnósticos y salvar así a la fe católica del grave peligro que corrió de contaminarse y corromperse por las insidiosas doctrinas de aquellos herejes.

La imagen de hoy nos centra en el personaje principal del tapiz, Jesús, representado como un hombre muy joven y sin barba. A su alrededor hay ocho escenas radiales acompañadas por inscripciones del Génesis desde los días de la creación del mundo hasta la creación de Eva. Encima del Pantocrátor se ven los primeros días del Génesis, cuando el hombre aún no había sido creado: el espíritu de Dios en forma de paloma sobrevolando el agua y, a sus lados, los ángeles de la luz y de las tinieblas con una antorcha, el firmamento y la separación del cielo y de las aguas. Debajo de Cristo hay un fragmento mayor que contiene la creación del mundo animal y vegetal y, a sus lados, Adán y los animales saltando a sus pies; la otra escena es la creación de Eva, que, estando dormido Adán, le sale de una costilla; delante de ellos tiene el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Esta imagen viene a mi memoria debido al texto de san Ireneo que leia esta mañana y que dice así:

La claridad de Dios vivifica y, por tanto, los que ven a Dios reciben la vida. Por esto, aquel que supera nuestra capacidad, que es incomprensible, invisible, 'se hace visible y comprensible para los hombres, se adapta a su capacidad, para dar vida a los que lo perciben y lo ven. Vivir sin vida es algo imposible, y la subsistencia de esta vida proviene de la participación de Dios, que consiste en ver a Dios y gozar de su bondad.

Los hombres, pues, verán a Dios y vivirán, ya que esta visión los hará inmortales, al hacer que lleguen hasta la posesión de Dios. Esto, como dije antes, lo anunciaban ya los profetas de un modo velado, a saber, que verán a Dios los que son portadores de su Espíritu y esperan continuamente su venida. Como dice Moisés en el Deuteronomio: Aquel día veremos que puede Dios hablar a un hombre, y seguir éste con vida.

Aquel que obra todo en todos es invisible e inefable en su ser y en su grandeza, con respecto a todos los seres creados por él, mas no por esto deja de ser conocido, porque todos sabemos, por medio de su Verbo, que es un solo Dios Padre, que lo abarca todo y que da el ser a todo; este conocimiento viene atestiguado por el evangelio, cuando dice: A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Así, pues, el Hijo nos ha dado a conocer al Padre desde el principio, ya que desde el principio está con el Padre; él, en efecto, ha manifestado al género humano el sentido de las visiones proféticas, de la distribución de los diversos carismas, con sus ministerios, y en qué consiste la glorificación del Padre, y lo ha hecho de un modo consecuente y ordenado, a su debido tiempo y con provecho; porque donde hay orden allí hay armonía, y donde hay armonía allí todo sucede a su debido tiempo, y donde todo sucede a su debido tiempo allí hay provecho.

Por esto, el Verbo se ha constituido en distribuidor de la gracia del Padre en provecho de los hombres, en cuyo favor ha puesto por obra los inescrutables designios de Dios, mostrando a Dios a los hombres, presentando al hombre a Dios; salvaguardando la invisibilidad del Padre, para que el hombre tuviera siempre un concepto muy elevado de Dios y un objetivo hacia el cual tender, pero haciendo también visible a Dios para los hombres, realizando así los designios eternos del Padre, no fuera que el hombre, privado totalmente de Dios, dejara de existir; porque la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios. En efecto, si la revelación de Dios a través de la creación es causa de vida para todos los seres que viven en la tierra, mucho más lo será la manifestación del Padre por medio del Verbo para los que ven a Dios.

San Ireneo de Lyon, Tratado contra las herejías 

sábado, 11 de mayo de 2013

Berzé-la-Ville


Pinturas del ábside de la capilla del "Chateau des Moines" s. XII.
Berzé-la-Ville, Francia.

Hoy recordamos en el calendario a los santos abades de Cluny El monasterio de Cluny, fundado el año 909, por obra de los santos abades que se sucedieron por espacio de dos siglos, fue uno de los más famosos centros de vida monástica. 

La Imagen pertenece a una capilla, posterior priorato,  cercana al monasterio que sirvió incluso de enterramiento de abades. Berzé-la-Ville era un priorato cluniacense próximo al monasterio, apenas a unos de kilómetros. En su interior encontramos una de las decoraciones pictóricas más importantes del Románico francés. Realizada hacia 1109 con una técnica muy cuidada, sobre un espeso enlucido de base, se representaba en el interior del ábside una composición en tres niveles: arriba, Cristo en majestad; en el medio, escenas relativas a los martirios de san Blas y san Lorenzo o san Vicente; abajo, una serie de bustos de santos, en total, dieciséis figuras alrededor del Pantocrátor. Ademanes y caracterización de los rostros denuncian el conocimiento de obras bizantinas. Sin embargo, es posible, como creen algunos especialistas, que el pretendido bizantinismo no corresponda a una dependencia directa, sino a algo aprendido a través de modelos italianos; seguramente, dados los estrechos contactos existentes, con Montecasino; no faltando una coincidencia en los detalles ornamentales con la misma pintura romana coetánea. 

Podemos distinguir dos escuelas diferentes dentro de la pintura románica en Francia: la escuela de Borgoña que se inspira en la benedictina de Italia, y la escuela del Loire, que mantendrá contactos con las escuelas españolas. La escuela de Borgoña era continuadora de la pintura italobizantina porque el monasterio de Cluny mantenía una buena relación como ya hemos apuntado con el de Montecassino. Se caracterizaba por utilizar colores muy decorativos, y realizar figuras de delicado modelado y suntuosos vestidos sobre fondos azules.  Estas majestuosas figuras aparecen en los frescos de Berzé-la-Ville, que era el lugar donde reposaban los abades de Cluny, y en la cripta de la catedral de Auxerre.

Pero vamos a recordar de forma breve a los abades que hoy recordamos:

Odón, anteriormente canónigo de la iglesia de Tours, muy luego hizo profesión de vida monástica. Elegido abad de Cluny en 927, ilustró a los monjes los tesoros escondidos en la observancia de la Regla. Hizo florecer muchos monasterios en Francia y en Italia. Murió en Tours el 18 de noviembre de 942, en la octava de la fiesta de san Martín.

Máyolo, nacido en Provenza, de noble familia, canónigo de la iglesia de Mácon, joven aún fue nombrado arcediano. En 948 hizo profesión de vida monástica en Cluny, y muy pronto fue elegido abad. Fue tan apreciado por los príncipes de aquel tiempo, que Otón II tenía interés enhacerlo elegir Sumo Pontífice, a lo que Máyolo se opuso resueltamente. Fundó innumerables monasterios y aceptó reformar otros muchos. Murió en Souvigny (Alvernia) el 11 de mayo de 994.

Odilón, nacido en Alvernia en 962, fue primero canónigo de la iglesia de Brioude, y después monje de Cluny. Nombrado por Máyolo coadjutor suyo en 991, le sucedió en el cargo abacial. Extendió la observancia cluniacense en España. Fue el primero en instituir la conmemoración litúrgica de todos los difuntos. Murió el 1 de enero de 1049 en Souvigny, junto a la tumba del padre Máyolo.

Hugo, hijo de Dalmacio conde de Semur, nació en 1024. Contra la voluntad de sus padres, en 1039 se retiró al monasterio de Cluny, de donde fue prior. A la muerte de Odilón, fue elegido abad. Construyó la célebre basílica de su monasterio, hizo redactar el código de las costumbres monásticas, y fundó de planta muchos monasterios. Después de sesenta años de gobierno, murió en Cluny el 29 de abril de 1109.

Pedro, llamado el Venerable, nació en Alvernia hacia el 1092. Educado en el monasterio de Sauxilanges, fue nombrado prior y responsable del escolasticado del monasterio de Doméne, y, más tarde, en 1122 fue elegido abad de Cluny. Se preocupó por la observancia regular en los monasterios. Personalmente eminente en el estudio de las letras, estimuló a sus monjes para que se dedicasen a los estudios, pero demostrando siempre un perfecto equilibrio entre acción y contemplación. Murió el año 1156 en el día de Navidad.

(De la Historia del monasterio de Cluny)

sábado, 27 de abril de 2013

Nuestra Señora de Montserrat


Nuestra Señora de Motserrat, s. XII. Autor anónimo
Talla sobre madera de álamo y estuco policomado. 95 cm
Monasterio de Montserrat, Barcelona. España

Hoy sábado celebramos la festividad de Nuestra Señora de Motserrat, venerada no solo en el monasterio del mismo nombre sino en muchas otras partes de la cristiandad. Por ejemplo, en Italia se han contado más de ciento cincuenta iglesias o capillas dedicadas a la Virgen de Montserrat, bajo cuya advocación se erigieron algunas de las primeras iglesias de México, Chile y Perú, y con el nombre de Montserrat han sido bautizados monasterios, pueblos, montes e islas en América.

El culto de la Virgen de Montserrat se remonta más allá de la invasión de España por los árabes. La imagen, ocultada entonces, fue descubierta en el siglo IX. Para darle culto, se edificó una capilla a la que el rey Wifredo el Velloso agregó más tarde un monasterio benedictino.

Cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el actual monasterio benedictino.

Los milagros atribuidos a la Virgen de Montserrat fueron cada vez más numerosos y los peregrinos que iban hacia Santiago de Compostela los divulgaron. Entre los santos que visitaron el lugar venerado se encuentran S. Pedro Nolasco, S. Raymundo de Peñafort, S. Vicente Ferrer, S. Francisco de Borja, S. Luis Gonzaga, S. José de Calasanz, S. Antonio María Claret y S. Ignacio de Loyola, que, siendo aún caballero, se confesó con uno de los monjes y pasó una noche orando ante la imagen de la Virgen. 

Poetas Goethe y Federico Schiller escribieron acerca de la montaña. El lugar se hizo famoso gracias a Richard Wagner, quien utilizó el sitio para dos de sus óperas, Parsifal y Lohengrin.

Regina caeli, laetare, alleluia.
Quia quem meruisti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
Gaude et laetare Virgo María, alleluia.
Quia surrexit Dominus vere, alleluia.

Alégrate, reina del cielo, aleluya.
Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
Ha resucitado, según predijo; aleluya.
Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya.

martes, 26 de marzo de 2013

La última cena


La última cena, s. XII. Maestro de Agüero
Piedra
Monasterio de san Juan de la Peña. Sta. Cruz de la Seros. España

Seguimos hoy en san Juan de la Peña y nos detenemos ante este magnifico capitel de la última cena en el momento en que Cristo ofrece el pan a Judas. 

El evangelio de san Juan (13, 21-33) que hemos leído  hoy dice así:

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo:
«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
«Señor, ¿quién es?»
Le contestó Jesús:
«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado.»
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
«Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.»
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.


El evangelista prosigue con la marcha de Cristo a orar y el arrojo de pedro, que estaría dispuesto a todo, pero el le ya que lo negara esa misma noche.


San Agustin comenta el hecho de esta manera:


Sé, amadísimos, que algunos, o piadosos para investigar o impíos para censurar, pueden inquietarse porque, tras haber dado el Señor a su traidor el pan empapado, haya entrado en él Satanás, pues está escrito así: Y, como hubiese empapado el pan, lo dio a Judas de Simón Iscariote. Y tras el pan entró entonces en él Satanás. Dicen, en efecto: «El pan de Cristo ofrecido desde la mesa de Cristo mereció esto: que tras él entrase Satanás en su discípulo, ¿no es así?». Les respondo que con esto se nos enseña cuánto ha de evitarse recibir mal un bien. En efecto, porque los bienes dañan y los males aprovechan según fueren esos a quienes se dan, importa mucho no qué recibe, sino quién recibe, ni de qué calidad es lo que se da, sino de qué calidad es ese mismo a quien se da. El pecado, afirma el Apóstol, para aparecer como pecado, mediante el bien realizó para mí la muerte. He ahí que mediante el bien se hizo un mal mientras se recibe mal un bien. Y también asevera ese mismo: Para que no me encumbre por la magnitud de mis revelaciones, me fue dado un aguijón de mi carne, un emisario de Satanás, que me abofetee. Por lo cual rogué tres veces al Señor que lo retirase de mí, mas me dijo: «Te basta mi gracia, porque la fuerza se lleva a cabo en la debilidad». He ahí que mediante un mal se hizo un bien, mientras se recibe bien un mal. ¿Por qué, pues, te asombras de que se diera a Judas el pan de Cristo mediante el que fuese enajenado al diablo, cuando ves que, al contrario, se dio a Pablo un emisario del diablo mediante el que fuese llevado a la perfección según Cristo? Así, al malo dañó el bien y el mal aprovechó al bueno.


Recordad a propósito de qué está escrito: Cualquiera que indignamente comiere el pan o bebiere la copa del Señor, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Cuando el Apóstol decía esto, el discurso trataba también de quienes sin discernimiento y negligentemente tomaban como otro alimento cualquiera el cuerpo del Señor. Si, pues, aquí se denuncia a quien no distingue, esto es, no discierne de los demás alimentos el cuerpo del Señor, ¿cómo se condenará a quien, enemigo, se acerca a su mesa, mientras finge ser amigo? Si la censura hiere la negligencia del convidado, ¿qué pena golpeará al vendedor de quien lo invita? Por otra parte, el pan dado al traidor, ¿qué era sino demostración de a qué gracia había sido ingrato?



Tras este pan, pues, entró Satanás en el traidor del Señor para poseer más plenamente al que le había sido entregado, al cual había entrado primeramente para engañarlo. En efecto, en él estaba cuando se dirigió a los judíos y llegó a un acuerdo sobre el precio de entregar al Señor, porque el evangelista Lucas testifica clarísimamente estas cosas y dice: Ahora bien, entró Satanás en Judas, al que se daba el sobrenombre de Iscariote, uno de los doce; y fue y habló con los príncipes de los sacerdotes. He ahí dónde se muestra que Satanás había ya entrado en Judas. Primeramente, pues, había entrado metiendo en su corazón el plan con que entregaría a Cristo, de hecho, con tal actitud había ya venido a cenar; ahora, en cambio, tras el pan entró a él no para tentar aún a alguien ajeno, sino para poseer a quien le era propio.



Ahora bien, Judas no recibió entonces el cuerpo de Cristo, como suponen algunos que leen negligentemente. En efecto, ha de entenderse que, como san Lucas narra evidentísimamente, el Señor había ya distribuido el sacramento de su cuerpo y sangre a todos ellos, donde estaba también Judas mismo, y que después se llegó a esto donde, según la narración de Juan, el Señor, mediante el bocado empapado y ofrecido, pone en evidencia a su traidor, tal vez para significar mediante el empapamiento del pan el fingimiento de aquél. En efecto, no todo lo que se empapa se lava, sino que algunas cosas se empapan para corromperse. Pues bien, si el empapamiento significa aquí algo bueno, no inmerecidamente la condena siguió al ingrato a ese mismo bien.



Sin embargo, aún faltaba a Judas, poseído no por el Señor, sino por el diablo, ya que, hombre ingrato, el pan le había entrado al vientre, a la mente el enemigo; aún, repito, le faltaba el efecto pleno de ese mal tan grande concebido ya por el corazón, cuyo condenable afecto había ya ido por delante. Así pues, como el Señor, el Pan vivo, hubiese entregado el pan a un muerto y, entregando el pan, hubiese dejado en evidencia al traidor del Pan, afirma: Lo que haces, hazlo muy pronto. No preceptuó un crimen, sino que predijo a Judas un mal, a nosotros un bien. En efecto, ¿qué peor para Judas y qué mejor para nosotros, que Cristo entregado por él contra él, en favor nuestro, excepto él? Lo que haces, hazlo muy pronto. ¡Oh palabra de uno preparado con mejor gana que airado! ¡Oh palabra que no tanto expresa el castigo del traidor cuanto significa la paga del Redentor! Dijo, en efecto: «Lo que haces, hazlo muy pronto», no tanto ensañándose en la destrucción del pérfido cuanto apresurándose a la salvación de los fieles, porque fue entregado a causa de nuestros delitos y amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Por ende dice también de sí mismo el Apóstol: El cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Si, pues, Cristo no se entregase, nadie entregaría a Cristo. Judas, ¿qué tiene sino pecado? En efecto, al entregar a Cristo no pensó en nuestra salvación a causa de la cual fue entregado Cristo, sino que pensó en el lucro del dinero y halló el detrimento del alma. Recibió la paga que quiso, pero sin quererla se le dio la que mereció. Judas entregó a Cristo, Cristo se entregó a sí mismo; aquél gestionaba el negocio de su venta, éste el de nuestra compra. Lo que haces, hazlo muy pronto, no porque tú puedes, sino porque lo quiere quien todo puede.


Comentario al evangelio de san Juan 62, 1-5



lunes, 25 de marzo de 2013

La unción de Betania



La unción de Betània, s. XII. Maestro de Agüero
Piedra 
Monasterio de san Juan de la Peña. Sta. Cruz de la Seros. España

Ayer veíamos a Cristo entrando en Jerusalén aclamado como rey y hoy, lunes santo, san Juan nos relata la unción de Betània, donde María, la hermana de Lázaro unge los pies de Jesús prefigurando así la unción tras su muerte. 

En este maravilloso capitel conservado en el monasterio jaques de san Juan de la Peña se representa por un lado la escena de la resurrección de Lázaro y por otro el tema tratado hoy. Jesús se encuentra a la mesa con Lázaro y Judas mientras María le ofrece el tarro de perfume. Judas reacciona de manera pragmática, el  evangelista no respalda su actitud y Cristo, reprendiendo su dudoso interés le aclara la importancia de su persona y la atención debida siempre a los pobres. 

San Agustín comenta el pasaje de esta manera:

Jesús, pues, seis días antes de la Pascua vino a Betania, donde había muerto Lázaro, a quien levantó Jesús. Pues bien, le hicieron allí una cena y Marta servía; Lázaro, en cambio, era uno de los que se habían puesto a la mesa. Para que los hombres no supusiesen que él había sido hecho un fantasma porque, muerto, resucitó, era uno de los recostados; vivía, hablaba, tomaba parte en el festín; la verdad se mostraba, la incredulidad de los judíos era confundida. Se había puesto, pues, a la mesa el Señor con Lázaro y con los demás; servía Marta, una de las hermanas de Lázaro.
En cambio, María, la otra hermana de Lázaro, tomó una libra de perfume de nardo pístico, caro; ungió los pies de Jesús y con sus cabellos enjugó los pies de él, y la casa se llenó con el olor del perfume. Hemos escuchado el hecho; investiguemos el misterio. Tú, cualquiera que quieres ser una persona fiel, con María unge con perfume caro los pies del Señor. Ese perfume fue la justicia; por eso hubo una libra; además era perfume de nardo pístico, caro. Respecto a lo que asevera, pístico, debemos pensar en algún lugar de donde era este perfume caro; sin embargo, este adjetivo no es ocioso y está óptimamente en armonía con un sacramento. Pístis se llama en griego a la fe. Intentabas poner por obra la justicia: El justo vive de fe. Unge tú los pies de Jesús: viviendo bien, ve en pos de las huellas del Señor. Enjúgalos con los cabellos: si tienes cosas superfluas, da a los pobres y has enjugado los pies del Señor, pues los cabellos parecen cosas superfluas del cuerpo. Tienes qué hacer con tus cosas superfluas; para ti son superfluas, pero para los pies del Señor son necesarias. Los pies del Señor pasan quizá necesidad en la tierra. En efecto, ¿de quiénes, sino de sus miembros, va a decir al final: «Cuando lo hicisteis a uno de mis mínimos, a mí lo hicisteis? Habéis gastado vuestras cosas superfluas, pero os habéis dedicado a mis pies».


Pues bien, la casa se llenó del olor, el mundo se ha llenado de la buena fama, porque olor bueno es la buena fama. Quienes viven mal y se llaman cristianos, hacen una injuria a Cristo; de quienes son así está dicho que por su culpa se denuesta el nombre de Dios. Si por culpa de tales individuos se denuesta el nombre de Dios, mediante los buenos se loa el nombre del Señor. Escucha al Apóstol: Somos en todo lugar, afirma, olor bueno del Mesías. También en Cantar de Cantares se dice: Perfume derramado es tu nombre. Haz volver de nuevo la atención hacia el Apóstol: Olor bueno del Mesías somos, afirma, en todo lugar, tanto entre estos que son hechos salvos como entre estos que perecen; para unos, olor de vida en orden a la vida; para otros, olor de muerte en orden a la muerte; y para estas cosas ¿quién es idóneo? La presente lectura del Santo Evangelio nos ofrece la ocasión de hablar sobre ese olor de forma que, pues el Apóstol mismo dice: «Y para estas cosas ¿quién es idóneo?», yo me exprese suficientemente y vosotros escuchéis diligentemente. ¿Acaso, pues, yo soy idóneo para intentar hablar de ello, o vosotros sois idóneos para oír estas cosas? Yo, ciertamente, no soy idóneo; pero es idóneo aquel que ojalá se digne decir mediante mí lo que a vosotros os aprovecha oír. He ahí que el Apóstol es, como él mismo dice, olor bueno; pero ese mismo olor bueno es para unos olor de vida en orden a la vida; para otros, en cambio, olor de muerte en orden a la muerte; olor bueno empero. Efectivamente, ¿acaso asevera: «Para unos somos olor bueno en orden a la vida; para otros olor malo en orden a la muerte»? Ha dicho que él es olor bueno, no malo; y ha dicho que idéntico olor bueno existe para unos en orden a la vida, para otros en orden a la muerte. Felices quienes viven gracias al olor bueno; en cambio, ¿qué más infeliz que los que mueren por el olor bueno?


(Texto completo del Tratado 50, sobre el evangelio de san Juan)