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viernes, 3 de noviembre de 2017

Jean van Eyck. La Fuente de la Gracia y el Triunfo de la Iglesia

La Fuente de la Gracia y el Triunfo de la Iglesia. 1430.  Jean Van Eyck
Óleo sobre tabla. Medidas: 181 cm x 119 cm.
Museo del Prado. Madrid. España

Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.

Leemos en la Eucaristía de hoy este texto de la Carta del Apóstol san Pablo a los Romanos. Se contrapone el nuevo pueblo de Dios, que reconoce a Cristo como el cumplimiento de todo lo prometido, al pueblo de Israel que no sólo rechaza a Jesucristo, sino que lo concdena a muerte. Esta contraposición se plasmó iconográficamente en obras como la que hoy contemplamos.

La representación está realizada en tres planos. En el superior se encuentra Cristo en el trono, entre la Virgen y San Juan Evangelista, con el Cordero a los pies, de donde brota un manantial. En el medio aparecen ángeles músicos y cantores. En el plano inferior se representan a la izquierda reyes, nobles, papas, teólogos, y a la derecha varios judíos confusos y en fuga, uno de ellos con los ojos vendados.

Las Sagradas Formas que manan con el agua dan al tema un claro significado eucarístico y convierten el agua en símbolo de Gracia, que ilumina a la Iglesia Triunfante y ciega a la Sinagoga, es decir, a los judíos que no reconocen a Cristo.

El cuadro está basado en el Políptico de los hermanos van Eyck en la catedral de San Bavón de Gante, aunque existen ciertas diferencias, especialmente el mayor desarrollo de la arquitectura del baldaquino, dispuesto en las tres terrazas, y la posición del Cordero a los pies del Creador. La obra se localiza en España desde mediados del siglo XV cuando fue donado por Enrique IV al Monasterio del Parral de Segovia.

domingo, 31 de mayo de 2015

Hendrick van Balen. La Trinidad

Trinidad, 1620. Obra de Hendrick van Balen
Óleo sobre tabla, 
Iglesia de Santiago, Amberes. Bélgica

La Solemnidad de hoy me hace mirar a la expresión Trinitaria en el Arte. Son tantas las formas y maneras que ésta adquiere a la vista de los artistas a través de los siglos. De igual manera los Padres de la Iglesia intentaron definirla a la luz misma de la revelación dada por la historia de la salvación.

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. 

Dice la carta a los Hebreos en su cap. primero:

" ... el Hijo, a quien Dios constituyó heredero de todas las cosas, y por quien asimismo hizo el mundo . Este Hijo, que refleja la gloria (de Dios) y la impronta de su sustancia, sostiene todo con su palabra poderosa .... "

Como rezamos en el Credo.

" ... nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Dios verdadera Luz de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre por medio de él fueron creadas todas las cosas. "

San Agustín habla de la Trinidad en su obra De Trinitate  dividida en cinco grandes partes: Teología bíblica de la Trinidad (I-IV). Teología especulativa y defensa del dogma (V-VII). Introducción al conocimiento místico de Dios (VIII). Búsqueda de la imagen de la Trinidad en el hombre (IX-XIV). Compendio y complemento del tratado (XV).

En La Trinidad Agustín desarrolló la doctrina de las relaciones: las tres personas divinas son El Ser mismo, eterno, inmutable, consustancial, pero se distinguen por sus relaciones; la explicación psicológica; la doctrina sobre las propiedades personales de El Espíritu Santo, que procede como amor; la vida de la gracia; y sobre cómo el hombre siendo imagen de Dios es imagen de la Santísima Trinidad.

En la perspectiva del amor, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el amante, el amado y el amor:

 " Et ideo no Amplius quam tria sunt:. unus diligens aquí eum de illo est, et unus diligens eum de quo est, et ipsa dilectio "
 " Las personas divinas no son más que tres: la primera que ama, de la que nace, la segunda que ama, de quien viene y la tercera, que es el mismo amor. "

" Ecce sunt tria, Amans et quod et Amatur amor. "
" Estas son tres:. el Amante, el Amado y el Amor "

Hilario de Poitiers, dice en su obra de De Trinitate:

" No quitará su Unicidad de Dios Padre, cuando decimos que el Hijo es Dios, porque él es Dios de Dios, uno a uno, por lo que un Dios, porque Dios es Él mismo. Por otro lado, el Hijo no es menos Dios porque el Padre es el único Dios. Como el Hijo Unigénito no está exenta de nacimiento, con el fin de privar al padre de su unidad divina, ni es diferente de Dios, sino porque es nacido de Dios "

San Atanasio de Alejandría en su segunda carta a Carta a Serapión se expresa de esta manera:

" El carácter distintivo de la fe en Cristo es la siguiente: el hijo de Dios, que es, de hecho, en el principio era el Logos Dios, el Logos, y el Logos era Dios - que es la sabiduría y el poder del Padre, Cristo es el poder de Dios y sabiduría de Dios - el final de los tiempos se ha hecho hombre para nuestra salvación. De hecho, John, después de decir: En el principio era el Logos, poco después, añadió, y los logos se hizo carne, es decir, se hizo hombre. Y el Señor dice de sí mismo: porque procuráis matarme, hombre que os he hablado la verdad? y Pablo, que había aprendido de él, escribe: Un solo Dios, un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre "

" Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. "    ( 1 Jn 4, 16 )

martes, 25 de junio de 2013

El carro de heno


El carro de heno, 1516. Obra de El Bosco. 
Óleo sobre tabla, 147 cm x 212 cm. 
Museo del Prado, Madrid. España

Leyendo el evangelio de hoy (Mt 7, 6. 12-14) no he podido dejar de pensar en este magnifico cuadro que fuese ya objeto de reflexión del rey Felipe II allá por 1570.

El texo evangelico dic e así:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.»

El tríptico abierto está dedicado al pecado. El lateral izquierdo muestra su origen en el mundo, desde los ángeles caídos al pecado de Eva. En el centro se ve a la humanidad arrastrada por el pecado, por ese carro de heno, metáfora de origen bíblico alusiva a lo efímero y perecedero de las cosas de este mundo. Se ilustra el versículo de Isaías: “Toda carne es como el heno y todo esplendor como la flor de los campos. El heno se seca, la flor se cae”. La tabla derecha deja ver el infierno, destino de los pecadores, con castigos acordes a sus faltas. En el tríptico cerrado aparece un anciano peregrino, que recorre el camino de la vida, plagado de peligros. 


En la tabla central, El Bosco recrea un proverbio flamenco: “El mundo es como un carro de heno y cada uno coge lo que puede”. Todos los estamentos, incluido el clero, censurado por vicios como la avaricia y la lujuria, quieren coger ese heno y subirse al carro. Para lograr su objetivo no dudan en cometer todo tipo de atropellos y pecados, incluso el asesinato. 


jueves, 16 de mayo de 2013

Paisaje con ermitaño



Paisaje con ermitaño, ca. 1610. Paul Brill
Óleo sobre lienzo, 1,60 x 1,40 cm

En febrero de 1601, Don Pedro de Toledo, quinto marqués de Villafranca, contrató a Paul Bril, Wenzel Cobergher, Willem I van Nieulandt y Jacob Frankaert I, pintores flamencos residentes en Roma, para la realización de una serie de pinturas de ermitaños y una de "Huomini Illustri". En la localidad se conservan 33 pinturas atribuidas al pintor flamenco y a su grupo de colaboradores, formado por Wenzel Cobergher, Jacob Frankaert y Willem I van Nieulandt. Se trata de paisajes con figuras de ermitaños que se conservan en su mayoría en el convento de La Anunciada. 

Hoy en el dia de san Pacomio, monje egipcio del sigloIV, meditamos ante un texto suyo:

Honra a Dios obedeciéndole, y serás fuerte. Acuérdate de las penalidades que han soportado los santos. Mantengamos entre nosotros la concordia, siendo fieles a nuestra vocación. Ante todo pongamos todo el empeño en progresar espiritualmente en esta vida que hemos abrazado, para merecer llevar a feliz término el camino de nuestra vida monástica con el beneplácito de Dios. Procuremos no parecernos a quienes ponen su gozo en las cosas vanas y perecederas, a fin de que no nos suceda que nuestro corazón, abandonando el recto camino, cometa el pecado y quede privado de la esperanza de la vida eterna.

Es incumbencia de la inteligencia conocer que la voluntad de Dios es la fuente de todo bien. De hecho, el peor de los males reside en resistir a la ley de Dios y en secundar la propia voluntad. Quien hace su propia voluntad se verá privado del conocimiento de Dios, no podrá seguir el camino de los santos y, a la postre, se encontrará con la ruina y el llanto.

Estamos, pues, ahora en el tiempo favorable para agradar al Señor, ya que la salvación se consigue en el tiempo de la tribulación. No nos contentemos, pues, con tener una fe firme en el tiempo de los consuelos, para alejarnos luego de ella a la hora de la prueba. En efecto, la Escritura nos dice: Si ofreces un voto al Señor, tu Dios, no demores su cumplimiento. Y también: No te asustes en el momento de la prueba: aguanta y confía en Dios. La plenitud de una fe inconmovible es un don de Dios, que los profetas obtuvieron del Espíritu Santo. En esta fe fueron confirmados los apóstoles, los cuales, padeciendo por su causa muchas tribulaciones, consiguieron el premio eterno.

Tengamos presente esta verdad para no dejarnos arrastrar de acá para allá, engañados por las seducciones del error. Permanezcamos más bien firmes e inmóviles, teniendo a raya las divagaciones de la mente que burbujean como el agua con el asiduo recuerdo de la ley divina. Con tales meditaciones, destruiremos la ley de la carne y así podremos descubrir y conocer mejor lo que agrada a Dios, conservándonos inmunes de los cuidados del mundo y de todo tipo de soberbia, que es una verdadera locura, el peor de todos los males.

Teniendo siempre presente a Dios ante los ojos de la mente, acordémonos de su pasión y de su muerte en la cruz, por lo cual fuimos redimidos y devueltos a la vida. Aborrezcamos el mundo y cuanto le pertenece y aborrezcamos asimismo toda comodidad del cuerpo. Hemos renunciado a esta vida para poder vivir con Dios. Acordémonos, carísimos hermanos, de nuestra profesión, en la que prometimos servir a Dios. De esto deberemos dar cuenta en el día del juicio. Aceptemos los sufrimientos del hambre, de la sed, de la pobreza, de las vigilias. Ocupémonos en la oración y en la salmodia, gimiendo desde el fondo del corazón y derramando lágrimas de compunción, y examinémonos con toda diligencia para descubrir si al menos en algo podemos ser encontrados dignos de Dios, gracias a su infinita misericordia.

No retrocedamos ante la puerta estrecha de la tribulación, a fin de conseguir el gozo de las consolaciones divinas y merecer el descanso eterno de la vida inmortal. Amén.

San Pacomio, Exhortaciones

sábado, 4 de mayo de 2013

Cristo Varón de Dolores


Cristo Varón de Dolores. ca. 1490-1551. Obra de Adriaen de Isenbrand
Óleo sobre Tabla, 46 x 29 cm
Museo del Prado, Madrid. España

Hoy escuchando la lectura del  evangelio según san Juan (15,18-21) y contemplar esta imagen posiblemente se nos estremezca el alma. El mismo Cristo, cruz en mano, coronado de espinas y maniatado, casi un momento antes de ser crucificado en el Gólgota, nos mira profundamente a los ojos y nos recuerda estas palabras;

Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra."
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

A la izquierda de la escena vemos como, a las puertas de Jerusalén, el autor representa el camino del Calvario, Jesús cargando con la cruz. A la derecha, todos se dirigen hacia el monte de la crucifixión, situado en el fondo, sobre el que se alzan las cruces de Cristo y de los dos ladrones. 

El Cristo de Pasión, es una imagen de devoción destinada a la meditación de todo fiel cristiano ya que, por cuya salvación ha muerto Jesús en la cruz. El autor de la obra ha separado bien la escena del camino al calvario y crucifixión, en segundo plano, dejándonos de frente a un Cristo inmóvil, fuertemente asentado sobre la roca manifiesta firmeza y seguridad. Parece afirmarnos que tras el abrazo de la cruz está la luz de la resurrección. Él  nos interroga en el silencio y a la vez nos da seguridad en sus palabras, nos invita a serle fiel y a no desesperar en la adversidad.

"No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán;



martes, 2 de abril de 2013

Noli me tangere


"Noli me tangere".1528. Obra de Hans Holbein el Joven 
Óleo sobre panel de roble. 76,7 x 95,8 cm
Royal Collection, Hampton Cour Palace. Reino Unido

 "Noli me tangere" es la palabra latina para "No me toques", las palabras dirigidas a María Magdalena por Cristo después de que ella lo descubre resucitado de la tumba, "No me toques, porque aún no he subido a mi Padre" Juan 20: 17. 

En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: - «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta: - «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han
puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: - «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: - «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice: - «¡María!»
Ella se vuelve y le dice: - «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice: - «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: - «He visto al Señor y ha dicho esto.»


Esta representación, inusual de Holbein, se centra en el momento del duelo, tristeza y desconsuelo de María Magdalena, después de haber encontrado a dos ángeles en el lugar vacío donde estaba el cuerpo de Cristo en el sepulcro, entonces se vuelve y se encuentra con un hombre, el jardinero, ella lo necesita para averiguar el paradero de su Señor. Se crea un dialogo en el que ambos personajes parecen estar envueltos sin importar que sucede alrededor.

La mayoría de las pinturas religiosas de Holbein fueron concebidas como grandes retablos. Esta es una más pequeña e más íntima escena narrativa. María Magdalena pivotea dramáticamente, entre nerviosa y confiada, con la mano derecha extendida, como para evitar la colisión con el hombre que tiene delante. Cristo, a su vez tiende los brazos para detener su avance, aparentemente en un intento de calmarla antes del momento de su reconocimiento. El resultado es un elegante casi "pas de deux". Los colores de su capa negra y túnica roja se invierten en la figura de Cristo, haciendo que los dos se hagan como un negativos de cada uno. Estos colores y poses de las figuras de los principales se hacen eco en  los personajes del fondo, los santos Pedro y Juan que a media distancia los vemos, a grandes y veloces zancadas, dirigiendose hacia la ciudad de Jerusalén, vista en en la distancia, con el fin de anunciar su descubrimiento de la tumba vacía. 

La luz es esencial para la narración. Recortada contra el cielo del amanecer de la izquierda vemos las cruces  vacias en la colina del Calvario. También iluminado y aislado en el centro de la escena, las manos de Cristo y la Magdalena. La luz del alba aún no ha alcanzado la negra oscuridad por encima de la escena y mientras el rostro de Cristo se encuentra en plena luz, el rostro de María está en la sombra media, aumentando la sensación de confusión expresada en sus ojos. Una confusión, mostrando dudas y tristeza que pronto será sustituida por la luz del amanecer claro y la certeza de la Resurrección. En el interior de la tumba, que irradia una luz etérea, son dos ángeles sentados, blanqueadas por la fuerza de la luz y uno de ellos la mira directamente a la escena o nosotros, atónitos también ante este acontecimiento..

domingo, 10 de marzo de 2013

El Hijo pródigo


El Hijo Pródigo. 1536. Obra de Jan Sanders van  Hemessen
Óleo sobre tabla 140 x 198 cm
Museo Real de Bellas Artes, Bruselas. Bélgica

En el cuarto domingo de Cuaresma del ciclo C. la liturgia nos presenta la parábola del Hijo pródigo. El evangelista Lucas es el único que recoge esta parábola. Un hombre rico tiene dos hijos, de los cuales el más joven reclama su parte de la herencia con la intención de abandonar la casa paterna y recorrer el mundo. En sus viajes derrocha su fortuna y cae en la miseria, llegando incluso a trabajar, para sobrevivir, como cuidador de cerdos. El recuerdo del bienestar del que disfrutaba en la casa familiar le hace arrepentirse y volver a ella, donde es recibido por su padre con los brazos abiertos. Ordena que se prepare un banquete y que le den ropas de fiesta. Ante la indignación del hermano mayor por este recibimiento el padre responde:
"Hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano estaba muerto y ha revivido; se había perdido y ha sido hallado"
Cristo a través de ella expresa el regocijo que le supone a Dios la recuperación de cualquier alma pecadora. San Agustín expresa de modo admirable en su comentario al salmo 138, como el hombre se aleja de Dios, padre misericordioso y paciente que espera el retorno del hijo que retorna, aunque sea por interes, arrepentido a la casa del padre.

De lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. ¿Qué significa de lejos? Mientras todavía estoy en camino, antes de llegar a la patria, tú penetras mis pensamientos. Atiende a aquel hijo menor, pues también él se ha convertido en cuerpo de Cristo, Iglesia procedente de la gentilidad. Y es que el hijo menor había emigrado a un país lejano. Porque había un hombre que tenía dos hijos: el mayor no había ido lejos, sino que trabajaba en el campo, y simboliza a los santos que, en tiempo de la ley, cumplían las obras y preceptos de la ley.

En cambio, el género humano, que había derivado hacia el culto a los ídolos había emigrado a un país lejano. ¿Qué más lejano de aquel que te hizo, que la hechura que tú mismo te hiciste? Así, pues, el hijo menor emigró a un país lejano, llevando consigo toda su fortuna y, según nos informa el evangelio, la derrochó viviendo perdidamente. Y empezando a pasar necesidad, fue y se ajustó con un hombre principal de aquella región, quien lo mandó a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.

Después de tanto trabajo, estrechez, tribulación y necesidad, se acordó de su padre, y decidió volver a casa. Se dijo: Me pondré en camino adonde está mi padre. Reconoce ahora su voz que dice; me conoces cuando me siento o me levanto. Me senté en la indigencia, me levanté por el deseo de tu pan. De lejos penetras mis pensamientos. Por eso dice el Señor en el evangelio que el padre echó a correr al encuentro del hijo que regresaba. Realmente, como de lejos había penetrado sus pensamientos, distingues mi camino y mi descanso. Mi camino, dice. ¿Cuál, sino el malo, el que él había recorrido, apartándose del padre, como si pudiera ocultarse a los ojos del vengador, o como si hubiera podido ser humillado por aquella extrema necesidad o ser ajustado para guardar cerdos, sin la voluntad del padre que quería flagelarlo lejano, para recibirlo cercano?

Así pues, como un fugitivo capturado, perseguido por la legítima venganza de Dios, que nos castiga en nuestros afectos, por cualquier sitio que vayamos y en cualquier lugar adonde hubiéramos llegado; como un fugitivo capturado, repito, dice: Distingues mi camino y mi descanso. ¿Qué significa mi camino? Aquel por el que anduve. ¿Qué significa mi descanso? El término de mi peregrinación. Distingues mi camino y mi descanso. Aquella mi meta lejana no era lejana a tus ojos: me alejé mucho, y tú estabas aquí. Distingues mi camino y mi descanso.

Todas mi sendas te son familiares. Las conocías antes de que yo las andara, antes de que yo caminara por ellas, y permitiste que yo anduviera en la fatiga, mis propios caminos para que, si en un momento dado decidiera abandonar ese trabajoso camino, regresara a tus sendas. Porque no hay dolo en mi lengua. ¿Por qué dijo esto? Porque, te lo confieso, anduve por mis sendas, me alejé de ti; me aparté de ti, con quien me iba bien, y mi propio bien fue un mal para mí sin ti. Pues de haberme ido bien sin ti, quizá no hubiera querido volver a ti. Por lo cual, confesando éste sus pecados, declarando que el cuerpo de Cristo está justificado no por sí mismo, sino por la gracia de Cristo, dijo: No hay dolo en mi lengua.

Ésta escena de la parábola que hoy nos ilustra, fue muy representada por la pintura barroca flamenca por las posibilidades que ofrecían las juergas en que el hijo pródigo dilapida su fortuna para plasmar escenas de género de ambiente tabernario. También la escena de su arrepentimiento mientras cuida a los cerdos y el recibimiento que le tributa el padre al volver a casa gozaron del favor del arte. En este cuadro podemos ver todas ellas, siendo la escena de "mala vida" la que ocupa la parte principal. Si pinchamos sobre la imagen podemos observar con mas detalle las otras escenas de la parábola representadas en la pintura.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Políptico del Cordero místico


Óleo sobre tabla, 350×223 cm
Catedral de San Bavón, Gante Bélgica

En estos días estamos muy pendientes en saber las últimas noticias que nos llegan de Roma, referentes a la elección del nuevo papa. Qué cardenales son candidatos, qué perfil es mas adecuado para la iglesia del dos mil, qué retos ha de afrontar, etc. Pero, leyendo hoy la Carta a los Hebreos y el Evangelio de san Mateo, me he parado a contemplar esta maravillosa obra de arte en la que es Cristo es el sumo Pastor, el único "Pontifex" es decir quien nos liga, por su divinidad humanada, con el Padre. Él es el cordero inocente, el ejemplo a seguir. 

Dice la carta a los hebreos: 
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
Porque todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. El puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»

Por otra parte san Juan nos dice:
No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.



La salvación viene de nuestro Dios, que se sienta en el trono, y del Cordero (Ap.7, 9)

La obra más famosa de Jan van Eyck es el monumental retablo titulado, El Cordero Místico, compuesto por varios paneles que se abren para mostrar la pintura. Una cuarteta de versos alejandrinos en latín, copia de la original que figuraba en este retablo, oculta bajo la pintura y descubierta por medio de rayos X, afirma que Hubert van Eyck comenzó la obra y la culminó Jan, que sobrevivió a su hermano. 

Los historiadores del arte suponen que éste último reunió los paneles que Hubert tenía comenzados antes de su muerte en 1426, añadió otros nuevos de su propia creación y los ensambló todos juntos. 

El retablo fue efectuado por ambos hermanos conjuntamente, como Jan Van Eyck reconoció y sus contemporáneos sabían perfectamente, y tal hecho eran igualmente conocido por el duque de Borgoña o los jefes de la corporación de Brujas, quienes visitaron la casa del pintor en una visita oficial en 1432, y los miembros de la cámara de retórica en Gante, que reprodujeron el Agnus Dei como una escena viva en 1456. No obstante, generaciones posteriores atribuyeron el políptico en exclusiva a Jan.

La asombrosa habilidad técnica de van Eyck y la precisión en los detalles, reproducidos cuidadosamente, fueron muy admiradas por sus contemporáneos. Ejerció enorme influencia en el arte flamenco y europeo en general.