jueves, 30 de abril de 2015

Michele Parrasio. Cristo yacente adorado por el papa Pío V

Cristo yacente adorado por el papa Pío V. 1572. Parrasio Micheli
Óleo sobre cobre. Medidas: 42 cm x 30 cm.
Museo del Prado. Madrid.

Nos recuerda el Martirologio romano la egregia figura del papa san Pío V, cuya vida y labor se sitúa en la etapa posterior al Concilio de Trento, cobrando especial relieve su labor en la promulgación de la Liturgia de la Iglesia y en su preocupación por la vida espiritual. Su condición de dominico le llevó a impulsar la devoción del Santo Rosario, especialmente con motivo de la creación de la Liga Santa, que habría de enfrentarse con los turcos en la batalla de Lepanto.

Hemos escogido para ilustrar su figura un magnífico cobre de Michele Parrasio. Hijo de un patricio veneciano, Michele Parrasio se formó en el taller de Tiziano para asociarse más tarde con Veronés, quien según cuenta Ridolfi, le proporcionaba dibujos para composiciones. Entre éstos figura uno conservado en el British Museum de Londres que reproduce la figura de Cristo muerto y el esqueleto bajo el lecho acompañados de la inscripción Qui mortem nostram muriendo destruxit.

Parrasio se sirvió en dos ocasiones del dibujo de Veronés: en esta obra y en un cuadro de altar para la iglesia veneciana de San Giuseppe realizado en 1573, que muestra al propio pintor adorando el cuerpo de Cristo. Dejando a un lado medidas y soportes, la pintura de San Giuseppe y ésta del Prado son idénticas, distinguiéndose únicamente porque en la segunda Parrasio ha sido sustituido por el papa Pío V, fallecido en 1572.

El contenido eucarístico de la pintura enlaza con la defensa hecha por el Concilio de Trento en su vigésimo tercera sesión (1551) de la teoría de la transubstanciación o conversión total del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo mediante el sacramento de la Eucaristía.Desconocemos cuando adquirió esta obra Felipe II que la depositó en El Escorial. Probablemente, y como sucediera con la otra pintura de Parrasio en su poder, la Alegoría del nacimiento del infante don Fernando, fue .remitida por el pintor sin que se le solicitase para ganar el favor del monarca y conseguir futuros encargos. De El Escorial pasó al Museo del Prado 

miércoles, 29 de abril de 2015

Giovanni di Paolo. Santa Catalina intercambia su corazón con Cristo

Santa Catalina intercambia su corazón con Cristo. XV. Giovanni di Paolo
Témpera y oro sobre tabla. Medidas: 28cm x 22cm.
Museo Metropolitano de Arte. nueva York

Catalina, iluminada por la luz de lo alto, intensificó sus plegarias, sus meditaciones y sus austeridades, esquivando la compañía de los hombres y mostrando de todas las maneras a su alcance la inflexibilidad de su resolución de no entregar a un simple mortal el corazón que fuera ya aceptado por el Rey de los Reyes.

Estas palabras están tomadas de la Biografía de Santa Catalina de Siena, escrita por fray Raimundo de Capua. Celebramos hoy la fiesta de la gran mística medieval, cuya intensa vivencia de la presencia de Cristo movió su existencia hasta las más altas cimas de la unión mística con la Trinidad.

Contemplamos, precisamente, una tabla de Giovanni di Paolo, que pertenece a una serie de representaciones de la santa pintadas para la predela de un gran retablo. Constituyeron el primer ciclo pictórico dedicado a santa Catalina de Siena. Se encargaron después de su canonización en 1460 y se basan en la biografía escrita por su confesor, Raimundo de Capua. Entre las características más notables es la disposición del espacio para potenciar su carácter místico.

martes, 28 de abril de 2015

Pere Teixidor. Salvator mundi

Salvator mundi. 1420-1430. Pere Teixidor
Temple y oro sobre tabla. Medidas: 183 cm x 134 cm.
Museo Nacional de Arte de Cataluña

Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.

Nos acercamos a Jesús, confesando en él la presencia del Hijo de Dios todopoderoso. Resucitado de entre los muertos, ya no muere más. Está sentado a la derecha del Padre Eterno, e intercede por nosotros, las ovejas de su rebaño.

La tabla que hoy contemplamos es el compartimento central de un retablo dedicado al Salvador. Procede de Estopiñán (Huesca). Cristo sostiene con la izquierda el mundo, mientras la derecha bendice, en presencia de los ángeles.

lunes, 27 de abril de 2015

Cristo flagelado y Pedro arrepentido

Cristo flagelado y Pedro arrepentido. 1510-1520. Anónimo Córdoba
Óleo sobre tabla. Medidas: 177 cm x 75 cm.
Gemäldegalerie Alte Meister. Dresde

«Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos: pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago: yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.»

Leemos esta semana los textos del capítulo 10 de san Juan, en los que Jesús se presenta como el buen pastor y como la puerta por la que entra el rebaño. Jesús nos antecede en el camino de la salvación; nos lo abrió en su Pasión, Muerte y Resurrección. Por eso, hemos contemplamos hoy esta tabla conservada en el Museo de Dresde, procedente de Córdoba, en la que aparece Cristo atado a la columna y flagelado, y san Pedro, que llora a sus pies sus negaciones.

domingo, 26 de abril de 2015

Campaigne. El Buen Pastor

El Buen Pastor. XVII. Philippe de Champaigne
Óleo sobre lienzo. Medidas: 65 cm x 58 cm.
Museo de las Ursulinas. Mâcon.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

Cristo resucitado es el Buen Pastor, que nos conduce por el valle de este mundo de sombras y muerte, hacia los pastos de la vida eterna. Cristo aparece no sólo como un pastor fiel que guía al rebaño, sino también como misericordioso pastor, que sale a buscar a la oveja perdida y la carga sobre sus hombres para devolverla a la seguridad del rebaño.

Esta imagen del Buen Pastor la contemplamos reflejada en el lienzo que hoy contemplamos, atribuido al pintor barroco francés Champaigne. El Señor aparece en pie, de cuerpo entero, llevando un cordero sobre los hombros.

viernes, 24 de abril de 2015

Pietro da Cortona. Ananías devuelve la vista a Saulo

Ananías devuelve la vista a Saulo. 1631. Pietro da Cortona
Óleo sobre lienzo.
Iglesia de Santa María de la Concepción de los Capuchinos. Roma

Cayó a tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Preguntó él: «¿Quién eres, Señor?» Respondió la voz: «Soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad, y allí te dirán lo que tienes que hacer.» Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías.  El Señor lo llamó en una visión: «Ananías.» Respondió él: «Aquí estoy, Señor.» El Señor le dijo: «Ve a la calle Mayor, a casa de Judas, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista.»

Llegamos en la lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles que hacemos en la Eucaristía al episodio de la conversión de san Pablo. Dicha conversión, más que del arrepentimiento de sus pecados, se refiere a su vuelta a Cristo, su girarse hacia Cristo reconociéndole como única vía de salvación prometida por Dios a Israel y venido en la plenitud del tiempo.

El lienzo que contemplamos hoy nos muestra a Ananías, en Damasco, curando a Saulo, que ha perdido la vista tras la visión del Señor que tuvo en el camino, desde Jerusalén. Curiosamente, están representados elementos típicos del bautismo: el siervo que porta una bandeja sobre la que posa un ánfora, tanto símbolo del agua como de los sagrados óleos; otro discípulo porta la vela encendida que está presente en el bautismo. Por fin, Ananías hace el signo de la cruz sobre su frente.

jueves, 23 de abril de 2015

Lambert Sustris. El bautismo del eunuco por Felipe


El bautismo del eunuco etíope por el diácono Felipe, 1545-1550. Lambert Sustris
Óleo sobre lienzo, 71 x 132 cm 
Museo del Louvre, París. Francia

En el libro de los Hechos de los apóstoles 8, 26-40, nos relata el acontecimiento que hoy vemos en esta imagen, en que Felipe, después de explicar el sentido de las escrituras y anunciar la Buena Noticia, bautiza al hombre que manifestó creer de todo corazón en Cristo.

Felipe se pone en camino hacia el sur obedeciendo a un ángel y allí se encuentra su misión. El mensaje cristiano está marcado a menudo por llamamientos a nuestro esfuerzo o nuestros servicios, tanto en el caso de Felipe, como en el del eunuco, que sirven y trabajan, uno explicando y otro intentando entender. Un extraño acceso se abre a la fe de forma inesperada ya que, a los que están abiertos a la acción del Espíritu  Santo éste obra en sus mentes y corazones, moviendolos a la conversión.

Dios puede hablarnos en cualquier lugar para enviarnos a cualquier parte.No importa donde nos encontremos, el Señor nos indicará hacia donde debemos ir, aunque en ocasiones no encontremos lógica humana en ello. Felipe da testimonio de esto, fue enviado a un camino poco utilizado, hacia el sur, bajando de Jerusalén hacia Gaza, un camino desértico, donde aparentemente no había nada ni nadie. Muchas veces nuestros ojos no pueden ver lo que nuestro Señor ve. Dios pide que hablemos el Evangelio a toda criatura, pues El no hace acepción de personas. El etíope, un hombre gentil, no era judío claro esta, era quizás, un hombre de raza negra (africano) ;aparentemente había venido a Jerusalén para adorar, lo que significa que simpatizaba, o estaba persuadido del Dios de los judíos. Era un esclavo, pero funcionario de la Reina Candace, éste era el que cuidaba de todos los tesoros de la reina, algo así como el recaudador de Impuestos en la actualidad. Aunque eunuco (castrado por servir en casa de la reina) gozaba de cierto nivel social y posición económica. Había venido desde Egipto para adorar, y además se presentó la oportunidad de poder conseguir parte de la Escritura. Específicamente el Libro de Isaías, estaba deseoso de saber más. Era hombre necesitado en su interior, en busca de la verdad, y de algo que llenara el vacío de su vida. Y ahora estaba a punto de encontrar esta verdad. Dios en su soberana voluntad por medio de su Palabra despierta la inquietud.

Cuando Dios habla, su Palabra es como espada de dos filos, penetra, y además corta hacia dos lados. El Espíritu de Dios le habló a Felipe para que se acercara al carro del Etíope, y Felipe no solo obedeció, sino se esforzó, seguramente tuvo que alcanzar al carro del etíope. La predicación del Evangelio involucra esfuerzo.

Felipe captó la necesidad del funcionario,y tomo como referencia el pasaje que leía el etíope, (Isaías). Presentó el plan de Salvación. Y algo precioso sucedió el etíope, aceptó a Jesucristo como Salvador personal. Esta es la obra de Dios. El etíope tuvo la certeza de su salvación, pero fue mas allá este hombre quería ser bautizado inmediatamente. Reconocía la autoridad de Felipe , sabía también que esta era una oportunidad propicia. Por ello el no dudó en pedírselo a Felipe: “…he aquí agua, ¿que impide que sea bautizado?. No fue cosa fácil dar respuesta a esta pregunta. Ya que Felipe necesitaba estar seguro que la profesión de Fe del nuevo integrante. Entonces respondió: “si crees de todo corazónbien puedes” Y la respuesta fue contundentemente clara: “creo que Jesucristo es el hijo de Dios.” Y el Eunuco fue bautizado.

Debemos estar atentos a la voz de Dios, no importa el lugar, las circunstancias, el peligro ni las personas. Nunca sabremos donde estará la última persona que está siendo tocada por el Espíritu Santo; por ello debemos incansablemente seguir en la tarea de llevar el Evangelio. Dios obrará por medio de su Espíritu y los hombres vendrán al conocimiento de la Verdad.

El artista se recrea en un ambiente sereno, una ciudad al fondo, un encuentro de personajes en el camino y el rió como fuente salvífica. Toda la escena se llena de una bucólica paz con coloridos serenos que invitan a quedarse y contemplar éste fantástico paisaje en el que se desenvuelve todo.